martes, 10 de diciembre de 2013

La Ternura y la Amabilidad una actividad poco frecuente

Las relaciones humanas no son una ciencia exacta. A menudo andamos a tientas, equivocándonos y volviéndolo a intentar con la secreta esperanza de que esta vez sea la definitiva. Sin embargo, cuando las cosas salen mal, solemos poner la culpa en el otro y nos resulta difícil reconocer nuestra cuota de responsabilidad. Por eso, en esta ocasión me gustaría referirme a determinados hábitos en la forma de comunicarnos que son bastante comunes pero que pueden arruinar una relación de pareja y dar al traste con años de amor.


Los hábitos que no tienen cabida en una relación de pareja sana y madura


1. Menospreciar lo que la otra persona siente. Una de las primeras lecciones que nos enseñan en la carrera de Psicología es a no minimizar los problemas que experimenta la persona que llega a la consulta buscando nuestra ayuda. Decirle que no es nada, que es una tontería, significa partir con el pie erróneo. ¡Porque lo que para nosotros puede ser algo insignificante, para otra persona puede ser muy importante!

Este mismo principio se aplica a las relaciones de pareja: la otra persona tiene sus sentimientos y no tenemos derecho a juzgarlos, menospreciarlos o incluso burlarnos de ellos. Por muy irracionales o absurdos que nos parezcan, debemos intentar ponernos en su lugar para comprender cómo se siente y por qué. Es normal que no compartamos algunos sentimientos con nuestra pareja porque, al fin y al cabo, somos dos personas diferentes, pero tenemos que aprender a respetar las cosas que le resultan importantes.

2. Negar un error. Reconocer un error y disculparnos nos enaltece como personas. Todos nos equivocamos y tenemos derecho a rectificar, si no lo hacemos, estamos enviando el mensaje de que la otra persona no nos importa lo suficiente. 

En una relación de pareja, negarnos a reconocer un error solo puede empeorar el estado de las cosas. A menudo, los dos amantes se convierten en contrincantes espada en mano, dispuestos a batirse en duelo por defender su honor. Cuando este problema se repite con cierta frecuencia, termina desgastando la relación y provocando continuas peleas. Recuerda que un “lo siento” de corazón puede prevenir estos problemas.

3. Hablar de manera sarcástica. Hay personas que usan el sarcasmo como un mecanismo de defensa, para no demostrar lo vulnerables que son. En realidad, se trata de una estrategia errónea porque el sarcasmo siempre transmite desprecio e infravaloración. Por tanto, es uno de los errores que debemos evitar a toda costa en una relación de pareja.

Si no estás dispuesto a demostrar tus debilidades y a abrirte desde el punto de vista emocional con tu pareja es porque algo falla, y el sarcasmo es la voz de alarma que lo indica.

4. Aplazar indefinidamente las discusiones. Cuando la otra persona está muy nerviosa, tensa o irritada, es mejor aplazar las discusiones de pareja. Sin embargo, esta no debe ser la norma y, sobre todo, no se debe apostar por esta estrategia volviendo la espalda y dando un portazo.

Los problemas de pareja se deben hablar, de otra forma, solo se amontonan y minan la relación. Si notas que tu pareja no tiene el estado de ánimo adecuado para discutir, pídele amablemente postergar la conversación para otro momento pero no la dejes con la palabra en la boca porque así solo le estarás diciendo que no te importa lo que tiene que decirte.

5. Realizar gestos de hastío. Nuestra comunicación extraverbal comunica mucho más que nuestras palabras. A menudo no nos damos cuenta pero emitimos muchísimas señales que le indican a nuestra pareja nuestro estado de ánimo y lo que estamos sintiendo y pensando en ese momento. No se trata de que te conviertas en un psicólogo experto en microexpresiones pero sería de gran ayuda que controlases esos gestos que tu pareja te ha señalado en varias ocasiones diciéndote que le molestan.

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