05-11-2008
Sin acción no hay atracción
La Ley De Atracción (LDA) se puede definir con diferentes formulaciones, pero todas ellas conducen a lo mismo: nos convertimos en aquello en lo que pensamos la mayor parte del tiempo, o visto de otro modo, creamos nuestra realidad a través de nuestros pensamientos. Esto requiere de matices y explicaciones adicionales para evitar ambigüedades, especialmente a la hora de poner en práctica la LDA. En futuros artículos iré entrando en los matices a tener en cuenta al interpretar dicha definición, que en el fondo, constituirán una forma de explorar y aprender la LDA.
En este artículo quiero presentarle un primer matiz que es necesario comprender, y está relacionado con la acción. Como suelo decir en mis conferencias: "Sin Acción no hay Atracción". A menudo indico, para ser preciso, que en realidad es mejor decir "Sin acción no hay segunda creación".
En efecto, la creación se produce siempre dos veces, la primera en nuestra mente, y la segunda en la realidad. Hay varios eslabones que unen ambas creaciones, y sin los cuales la cadena se rompe, entre los cuales se encuentra la respuesta del Universo. Y en este artículo, voy a centrarme en otro eslabón esencial, y que requiere de nuestra participación activa. Se trata de la acción.
La LDA no funciona realmente como el genio de la lámpara. No funciona de modo pasivo. No se trata de pedir, y mantenerse sentado a la espera de resultados. Esa forma de aplicar la LDA conduce generalmente a no obtener los resultados deseados, y muy a menudo termina por frustración.
Por supuesto, el genio de la lámpara, que es el Universo, siempre responde ante nuestros pensamientos. Esa es la parte pasiva, que no requiere nuestra intervención. Pero la acción, la parte activa, marca la diferencia entre conseguir o no crear por segunda vez (en la realidad) lo que creábamos por primera vez (en nuestra mente). Como explicaré más adelante, y como aprenderán en el libro La Respuesta del Universo, la ley de la atracción rara vez funciona sin acción por nuestra parte.
Nuestros pensamientos, y mucho mejor dicho, nuestra intención, genera una respuesta. En efecto, hay una respuesta del Universo, que responde al principio de sincronicidad. Aparecen situaciones conectadas entre sí de forma acausal y al mismo tiempo relacionadas con nuestra intención. Esto quiere decir que dichas situaciones en principio no están conectadas por una relación causa-efecto. Ninguna de las situaciones ha sido causada por ninguna de las otras, ni tampoco es la causante de ninguna otra. Pero, sin embargo, están relacionadas entre sí, y mucho más: relacionadas con nuestra intención. Es como si las fuerzas del Universo se confabularan, trazando un plan para ayudarnos a que nuestra intención se convierta en creación.
Pero sin acción por nuestra parte, la mayoría de las veces dicha respuesta no se convertirá en nuestros deseos. Un ejemplo muy evidente: imagine que usted desea dinero, y el Universo pone a su alcance un cheque. A menos que vaya a cobrarlo, su deseo no se habrá hecho realidad. Habrá pedido, el Universo habrá respondido, pero habrá faltado un ingrediente fundamental: la ACCIÓN. Imagine que sueña con desempeñar un trabajo en particular, y tras un tiempo, la oportunidad de una entrevista viene hacia usted. Si no asiste a la entrevista, difícilmente conseguirá realizar su sueño.
Les cuento un ejemplo divertido que me ocurrió. Un día se acercaba la hora de cenar, y me pasó por la mente la idea de comer una pizza cuatro quesos. Hacía años que no probaba una. Me concentré tanto en ese deseo, que solo existía esa imagen para mí. Incluso estaba saboreándola, y sin duda, para mi mente no había diferencia alguna entre dichos pensamientos y tomar realmente una pizza cuatro quesos. Unos minutos después me dirigí al buzón a ver mi correo, y había un anuncio de una nueva pizzería que inauguraban cerca de mi residencia. ¡Entre las pizzas estaba por supuesto la cuatro quesos! Y mucho más: ¡daban un boleto para tomar gratis una pizza! En esta historia (quizás no muy trascendental, pero sí valida para la explicación que nos ocupa) el Universo me respondió claramente y por la vía más rápida. Pero obviamente, es necesaria la acción. Tuve que buscar en el callejero de la ciudad como ir hasta la pizzería, y tuve que planificar el tiempo junto a mi familia para ir todos juntos a la inauguración. La primera creación tuvo lugar. La respuesta del Universo no tardó en llegar. Pero si no hubiera entrado en acción, la pizza cuatro quesos no hubiera estado en mis manos (segunda creación) sino sólo en mi mente (primera creación).
Si sabe lo que quiere y es capaz de visualizarlo, y asociarle emociones positivas e intensas, entonces ya habrá recorrido la mitad del camino. No dude que el Universo va a responder. Manténgase a la expectativa, listo para recibir. Pero el resto de camino se hace al andar, lo que significa acción.
Dicen muchos expertos que el éxito consiste en un 15% de aptitud y un 85% de actitud. En otras palabras, saber mucho no tiene utilidad a menos que lo pongamos en práctica. El conocimiento de la LDA le brinda un gran poder. Pero no funcionará si no lo pone en acción, y eso incluye la acción propia por su parte.
No lo dude. Haga sus deseos realidad. Usted merece todo lo mejor del mundo, y tiene el poder necesario para hacerlo realidad. Está en su mente, y el Universo está de su parte. Pero no olvide que debe mantenerse listo para entrar en acción. En próximos artículos les mostraré muchos otros factores a tener en cuenta, otros eslabones a cubrir, ejercicios prácticos, etc. En el libro "La Respuesta del Universo" encontrarán todavía más. Pueden encontrar más información en la siguiente página y el video que pueden encontrar abajo, al final de este artículo.
Les deseo de corazón todo el éxito del mundo y que encuentren la felicidad en cada instante de sus vidas.
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