viernes, 17 de febrero de 2012

Aprender del Cerebro un poco para sacarle partido

Seguimos con las píldoras de neurociencia y en el día de hoy le toca el turno a lo que conocemos como Sistema límbico y áreas relacionadas. El sistema límbico no es una única estructura, sino una serie de vías nerviosas que incorporan estructuras profundas de los lóbulos temporales, como por ejemplo el hipocampo y la amígdala . Al formar conexiones con la corteza cerebral, la materia blanca y el tronco encefálico, el sistema participa en el control y la expresión del estado anímico y las emociones, el procesamiento y almacenamiento de la memoria reciente, y el control del apetito y de las respuestas emocionales a la comida. El sistema límbico también está asociado con partes del sistema neuroendocrino y el sistema nervioso autónomo, y algunos trastornos neurológicos, como la ansiedad, están asociados con cambios hormonales y del sistema autónomo. También se ha visto su implicación en los estados depresivos. Para resumir, citando la wikipedia, podemos decir que las principales funciones del sistema límbico son: la motivación por la preservación del organismo y la especie, la integración de la información genética y ambiental a través del aprendizaje, y la tarea de integrar nuestro medio interno con el externo antes de realizar una conducta.

Las estructuras principales que encontramos en el sistema límbico son:

Tálamo: tiene un amplio rango de conexiones con la corteza y muchas otras partes del cerebro, como los ganglios basales, el hipotálamo y el tronco encefálico. Puede percibir el dolor pero no localizarlo con precisión. Procesa todas las señales procedentes del entorno.

Hipotálamo: es una glándula endocrina que participa en la liberación de numerosas hormonas reguladoras del Sistema nervioso autónomo (SNA) y tiene varias funciones importantes, incluidas el control del apetito, los patrones de sueño, la regulación de la temperatura corporal, la conducta sexual y la respuesta a la ansiedad. Es la parte más antigua (filogenéticamente) del sistema límbico.

Hipocampo: las investigaciones apuntan a que tiene un papel muy importante en el almacenamiento de recuerdos episódicos, ligados a acontecimientos vitales. Parece ser que el hipocampo coge toda la información que proviene de los sentidos y la asocia con una cosa, persona, lugar, etc. Por tanto usamos lo que ya sabemos para comprender lo que no sabemos. También nos estimula a la búsqueda de lo nuevo y desconocido.

Amígdala: Es la responsable de la creación de experiencias con recuerdos emocionales asociados, del procesamiento de la información vital durante el aprendizaje y de la codificación de los recuerdos a largo plazo. Es un aprendizaje de tipo asociativo. Sería también responsable de la generación de emociones primarias (agresividad, alegría, tristeza y miedo) correspondientes a estímulos externos y a pensamientos internos. Alerta al cuerpo en las situaciones que exigen supervivencia. Almacena también recuerdos emocionales potencialmente peligrosos, como un sistema de prevención futuro.

Hipófisis: se encarga de la secreción y regulación hormonal en conexión con el hipotálamo.

Glándula pineal: regula químicamente los niveles de sueño y los ritmos cíclicos de procreación y apareamiento. Produce la serotonina y la melatonina.

Ganglios basales: Es otra estructura relacionada con el sistema límbico aunque no forme parte estrictamente de él. Los ganglios basales asocian pensamientos y sentimientos con acciones físicas. El núcleo caudado, el putamen y el globo pálido forman los ganglios basales y están implicados en el control del movimiento. Asocian los pensamientos y sensaciones con las acciones físicas permitiendo que el aprendizaje se automatice. Permiten también controlar los impulsos y la ansiedad. En algunas personas estos ganglios son hiperactivos y provocan que la persona se sienta preocupada y ansiosa sin motivo aparente. Si esta sobreactivación es canalizada puede servir por ejemplo para ser una persona emprendedora pero si no se logra canalizar da lugar a la preocupación.

Sistema de activación reticular: no está exactamente dentro del sistema límbico pero lo incluyo aquí por ser una especie de “estación de control” entre diferentes estructuras. En la parte central del tronco encefálico hay un conjunto de núcleos llamado formación reticular. Estos núcleos reciben señales de la mayoría de los sistemas sensoriales del cuerpo (p. ej., vista, olfato, gusto) y de otras partes del cerebro, como el cerebelo y los hemisferios cerebrales. Las fibras ascendentes de la formación reticular forman una red que se denomina “sistema de activación reticular”, que influye sobre el estado de alerta, el grado total de conciencia y excitación .

Como os he dicho otras veces, no es mi intención que os aprendáis los nombres de cada estructura y su función, solamente tener una idea de cómo está formado nuestro cerebro y las múltiples funciones que realizan cada una de sus partes. Y darnos cuenta de la complejidad de los sistemas que actúan a un nivel inferior de la corteza cerebral, sobre los que apenas tenemos control. La única forma de actuar sobre estas estructuras y sólo hasta cierto punto es a través de nuestros pensamientos, pero creo que después de explicado el funcionamiento del sistema límbico y estructuras adyacentes, queda bastante claro que hay cosas que escapan a nuestro control consciente.

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