Etapas de desarrollo del Ego de Loevinger
por Gregory Mitchell
A medida que crecemos, nuestro Ego (la auto-imagen o sentido de ser) ubica los cambios en su lugar para ser coherente con el sentido de lo que está ocurriendo, según vive las experiencias del día a día. El Ego no es una cosa que tenemos, es una gran parte de lo que somos, la función analítica de la mente, incluyendo el razonamiento y la memoria consciente. El Ego está involucrado constantemente en hacer sentido a partir de nuestras experiencias de la vida, organizando y reorganizando todo lo que ve, siente, oye, toca, percibe, piensa y saborea. Lo hace para crear y recrear el punto de vista humano; su punto de vista. Esta es la perspectiva individual en la que cada persona confía para enfrentar la enorme tarea de vivir la vida. Nuestro Ego trabaja incansablemente para establecer nuestra visión del mundo a partir del cúmulo de información contradictoria en la que estamos inmersos en la vida cotidiana.
Jane Loevinger (nacida en 1918) fue una psicóloga del desarrollo que planteó una teoría del Ego en la que hizo hincapié en el desarrollo gradual de la internalización de las normas sociales y la maduración de la conciencia, originadas en las decisiones personales. Su Test para Completar Frases (SCT - por sus siglas en inglés), abarca una amplia gama de funciones del Ego; entre ellas el desarrollo moral, las relaciones interpersonales y la complejidad conceptual.
La teoría del desarrollo del Ego de Jane Loevinger propone que las personas evolucionan a través de una serie de etapas que reflejan el aumento de los niveles de complejidad cognitiva y maduración del Ego. Loevinger propone que el nivel de funcionamiento del Ego influye en el modo en que una persona percibe e interpreta las experiencias personales y las relaciones interpersonales. Ella describe nueve etapas del desarrollo del Ego, que pueden dividirse en términos generales en Pre-Convencionales, Convencionales y Post-Convencionales.
Pre-Convencional
Infante
Los bebés nacen sin Ego, su sentido del ser no se diferencia del mundo que los rodea. Son pre-sociales. Se comunican sólo a nivel de la percepción. Esta etapa de desarrollo del Ego está alineada con la etapa del desarrollo Motor-Sensorial del Desarrollo Cognitivo descrito por Piaget. El modo dominante de representación del mundo es a través de las sensaciones kinestésicas.
Impulsivo
En este modo, relacionado con los niños muy pequeños, somos poco conscientes de la distinción entre el yo y el otro, y tal y como sugiere el nombre, a menudo somos impulsivos en nuestro comportamiento, aunque contenidos por las restricciones, las recompensas y los castigos. Los otros son vistos en términos de lo que pueden dar: son "agradables para mí" o "crueles para mí". Se trata de una orientación centrada en el presente y la causalidad se limita a lo físico; no hay sentido de responsabilidad de la causalidad psicológica. Esta etapa de desarrollo del Ego se alinea con la etapa Pre-lógica intuitiva del desarrollo Cognitivo. El modo dominante de representación del mundo es a través del sentido auditivo.
Auto-Protectivo
Empieza a surgir la conciencia de que los otros tienen su propio punto de vista, y con ello un sentido de sí mismos. Sin embargo, es un sentido muy limitado del ser en el que cualquier oposición a sus deseos se etiqueta como "malo", lo que sea congruente con los deseos del ser como "bueno", y existe poca capacidad de introspección o real empatía. La persona auto-protectiva y egocéntrica, no quiere "quedar atrapada" y etiqueta de inmediato cualquier cosa que obstaculice el ser a su manera como "malo", así que es amoral en gran medida y externaliza la culpa. Existe un principio de auto-control y la anticipación de recompensas y castigos. Es un estado de oportunismo hedonista. Esta etapa de desarrollo del Ego se alinea con la fase Operacional baja del desarrollo Cognitivo. El modo concreto de representación visual se ha convertido en el principal modo de pensar y recordar la experiencia.
Convencional
Conformista
Empieza a surgir la conciencia de las necesidades de los demás, y la necesidad de congraciarse con los demás se convierte en fundamental como medio para lograr la armonía, ser querido y satisfacer a cambio las propias necesidades. Esto es una orientación "alocéntrica". El individuo tiende a ser cooperativo, interdependiente y tienen una fuerte necesidad de asociarse con otros. La persona se apresura a asumir roles y estereotipos, y sigue las reglas del grupo con poco sentido de sí mismo; es "dependiente del entorno", dependiente de la dirección de los demás. La seguridad la encuentra en la pertenencia y el comportamiento es juzgado por las normas externas, no por la intención dirigida desde el interior. Los procesos de pensamiento son todavía limitados al nivel de operaciones concretas, con capacidad de pensar sistemática y cuantitativamente, pero con poca capacidad para pensar en abstracto o en términos de hipótesis (operaciones formales). Esta etapa de desarrollo del Ego se alinea con la etapa de desarrollo Cognitivo Concreta Operacional. Para la información conceptual, que no es fácil de representar mediante imágenes, se utiliza la representación simbólica, incluido el diálogo interior, utilizando palabras como símbolos formalizados que "representan" los conceptos.
Consciente de sí mismo
Ahora surge la necesidad de independencia de las normas y las expectativas, para afirmar y demostrar su competencia, y rechazar las limitaciones, ya sean de la autoridad opresiva o de la docilidad de los conformistas. La mayoría de los adolescentes, en uno u otro momento, manifiestan esta etapa fuertemente. Es el inicio de la vida interior. Los procesos de pensamiento empiezan a ser más abstractos, pero siguen siendo ingenuos. Esta etapa de desarrollo del Ego se alinea con la fase Operativa Formal Baja de desarrollo cognitivo.
Consciente
En este momento el individuo ha alcanzado un fuerte sentido de identidad propia, sin la fragilidad defensiva de la etapa anterior, y es capaz y desea trabajar y cooperar con éxito con otros para lograr objetivos compartidos... una persona que trabaja en el interés de seguir su propia carrera profesional y al mismo tiempo ser útil a las organizaciones con las que trabaja, y por lo tanto, idealmente, con la sociedad en su conjunto. Es consciente de sus objetivos e ideales personales y tiene sentido de la responsabilidad. Las reglas se interiorizan. Tienen un sentido de sí mismo independiente de la de sus compañeros y actúa desde su propio determinismo. La persona puede verse a sí misma desde el punto de vista de los demás y la culpa se produce como resultado de herir a otro, no por romper con reglas arbitrarias. Los procesos de pensamiento se encuentran en el nivel de las operaciones formales, con la capacidad de pensar lógicamente sobre problemas abstractos e hipótesis. En el Nivel Consciente un estudiante comienza a adquirir un sistema de valores idiocéntrico. Las personas con orientación de valores idiocéntricos tienden a enfatizar sus propios objetivos y necesidades sobre los de los grupos a los que pertenecen, para ser independientes y autosuficientes. Esta etapa de desarrollo del Ego se alinea con la etapa Operacional Formal de desarrollo cognitivo.
Nota: El nivel más bajo de los Sistemas de Inteligencia - ser consciente del contexto sistémico de la propia conducta - se inicia en el nivel de Conciencia. Una persona tiene que haber desarrollado algún nivel de desapego antes de que sea capaz de verse a sí misma como parte de un sistema. Este desapego sólo se logra con las Operaciones Formales, aunque el único objetivo sea conformarse. Antes de que una persona haya alcanzado el nivel de las Operaciones Formales, está operando en automático; sólo puede ajustarse a sistemas simples, como la familia, y no es consciente de que es parte de un sistema más amplio. La conciencia de que es parte de un sistema es sólo el primer paso; el individuo tendrá que alcanzar el nivel de las Operaciones Postformales antes de que pueda lograr un impacto y cambiar un sistema, y con esto me refiero a un cambio para mejor.
Post-Convencional
Individualista
La persona individuada, a la vez que acepta la necesidad de trabajar con otros en la sociedad, es escéptica de las organizaciones, e insiste en la necesidad de evaluar críticamente su participación en ellas y no dar por sentado que el trabajo por el bien de cualquier organización, por socialmente respetable que sea, es necesariamente benéfico para la sociedad en su conjunto. Tiene un valor de orientación idiocéntrico y tiende a enfatizar sus propios objetivos y necesidades sobre las de los grupos a los que pertenece, para ser independiente y autosuficiente. Se dirige desde el interior. La autoestima la basa en su competencia, no en las opiniones reales o imaginarias de los demás. Tiene una mayor tolerancia de sí misma y de los otros. Es introspectiva y consciente del conflicto interno, por lo tanto guarda distancia con el rol de las identidades y tiene una conciencia de responsabilidad con el desarrollo personal. Tiende a ser profundamente comprometida con las metas más elevadas, más allá del mero éxito mundano (como se define en nuestra sociedad, por ejemplo, casi exclusivamente por los resultados económicos). Esta etapa de desarrollo del Ego está alineada con la Verdadera etapa Formal Operacional de desarrollo cognitivo.
Autónomo
La persona con un Ego autónomo es consciente de los conflictos internos de las necesidades frente a los deberes y puede integrar sus propias identidades diferentes. Tiene una preocupación por la interdependencia emocional y auto-realización, y liberarse de las ideas impuestas del bien y el mal. Puede tolerar la ambigüedad e integrar sus propias ideas y las de los demás; sus procesos de pensamiento están al nivel de las Operaciones Postformales. La persona con un Ego autónomo se convierte en un guía para los demás y considera que el éxito en el desarrollo de los demás es primordial para la sociedad. En esta etapa, ha superado el Súper-Ego. Esta etapa de desarrollo del Ego se alinea con la fase Operacional Postformal de desarrollo cognitivo. El individuo Postformal es más inteligente en relación a los sistemas con los que interactúa y es capaz de administrar, mantener, iniciar y aportar liderazgo para los sistemas de organización productivos, innovadores y bien dirigidos.
La sabiduría es más que desempeño y funcionamiento cognitivo o atributos personales. En lugar de ello, podemos ver la sabiduría como un aspecto de desarrollo Postformal. La sabiduría es resultado del auto-desarrollo excepcional, incluida la madurez del Ego y el pensamiento Operacional Postformal. El desarrollo Postformal a menudo se asocia con una descentralización del ego y la capacidad de pensar dialécticamente, para conciliar los opuestos, en el que un individuo es capaz de integrar diversos aspectos de la psique: el Ego, la Sombra, el Animus, el Anima, etc., y acepta contradicciones inherentes y verdades alternativas.
Integrado
Este es el individuo auto-actualizado que ha desarrollado su identidad por completo. Ha trascendido los conflictos internos, y ha alcanzado un alto grado de paz interior y equilibrio, facultado por la integración de un Ego fuerte con la totalidad de su ser y un sentido de unidad con el mundo que lo rodea. Rara vez se siente nervioso o preocupado por las dificultades y tiende a irradiar una tranquilidad, calidez y compasión por los demás, que siempre la notan los que están a su alrededor. En términos de los procesos del pensamiento, la persona integrada redescubre la idea de Korzybski de que "el mapa no es el territorio". El proceso lingüístico de dividir en polos opuestos y los juicios de valor pueden volverse conscientes; por lo que comienza a ver la vida con una perspectiva universal o cósmica. El bien y el mal, la vida y la muerte, la belleza y la fealdad, pueden ahora aparecer como las dos caras de una misma moneda, como mutuamente necesarias para definirse entre sí. Alcanzar este estado del ser requiere desarrollo cognitivo, emocional, de personalidad, moral y espiritual, paralelos. Esta etapa de desarrollo del Ego se alinea con la etapa de desarrollo cognitivo Metavertido (trasciende la introversión y la extroversión).
En resumen, estas etapas muestran que el desarrollo abarca una cada vez más compleja percepción de sí mismo y otros. Las preocupaciones conscientes pasan de lo concreto a lo abstracto, y la orientación del tiempo pasa de lo inmediato al largo plazo. La percepción de otras personas, inicialmente organizadas en torno a simples dicotomías, se vuelve cada vez más compleja, provocando una mayor tolerancia de las diferencias individuales. Estos cambios son acompañados por el aumento de la conciencia psicológica y el reconocimiento de las propias motivaciones internas.
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