domingo, 20 de mayo de 2012

Ayudala a ser Muy Feliz


El Universo tiende al caos y la entropía, dice la segunda ley de la termodinámica. Y con él, nuestra vida diaria, que se encuentra cada vez más anegada por artilugios extraños, obligaciones que nunca sospechábamos que tendríamos y toda una serie de servidumbres laborales o familiares que, al contrario de lo que podríamos pensar, no nos hacen más felices. Lo mismo ocurre en la relación con nuestras parejas: si al comienzo todo parecía marchar sobre ruedas, cuando debemos empezar a convivir con nuestra amada la situación comienza a cambiar y todo son agobios, problemas y obstáculos a superar. En un gran número de ocasiones, esto se debe a queno sabemos imponer a las obligaciones de nuestra vida diaria un criterio claro, por lo que pasamos de dedicar todo el tiempo a nuestras parejas a enredarnos con multitud de actividades inútiles.
El psicólogo de la Universidad de Chicago Fred B. Bryant manifestaba recientemente que aún somos bastante malos a la hora de desarrollar herramientas para vivir la felicidad cotidiana, y que seguimos recurriendo a plantearnos altas metas que, en teoría, consideramos que son las que garantizarán nuestro bienestar. Algo semejante ocurre con el género masculino cuando intenta, con escasa fortuna, hacer felices a sus mujeres: que apunta en la dirección equivocada, demasiado alto, cuando la diana se encuentra mucho más abajo.
Así pues, la felicidad se encuentra en los pequeños detalles. Pero también la infelicidad: realizar una y otra vez algo que enfade a nuestras parejas es la mejor forma de erosionar, poco a poco, nuestra confianza. En muchas ocasiones, un gran proyecto, como puede ser un viaje a un destino exótico o una cena inesperada, aunque agradable, puede ser simplemente una forma de enmascarar un problema de fondo. Es preferible vivir un día a día adecuado que desvivirse en grandes gestos. Aquí presentamos diez consejos útiles para hacer feliz a nuestra pareja en el marco de nuestra cotidianidad.
1.- Muéstrate entusiasta
“¿Quedamos mañana para cenar?” Ante tal pregunta planteada por el miembro femenino de la relación, el hombre tiene dos caminos: expresar sus pocas ganas de hacerlo o contestar con euforia, manifestando que no hay nada que desee más en el mundo. No se trata de mentir ni fingir, claro está, sino de hacer a nuestra compañera partícipe de nuestros sentimientos positivos, proporcionando la debida retroalimentación a sus propuestas. Si no somos capaces de hacer entender a nuestra pareja que lo pasamos bien con ella, por mucho que así lo sintamos en nuestro fuero interno, tendremos un problema.
2.- Sé un caballero
La espontaneidad y andarse sin rodeos han sido considerados durante las últimas décadas como dos virtudes del hombre contemporáneo: la caballerosidad parece ser ya cosa del pasado. Esta concepción se encuentra tan extendida que ha terminado dando lugar a una coyuntura en la que muchos varones consideran que ser zafio y baboso, aunque sea utilizando el humor como coartada, es algo apreciado por sus mujeres. Por el contrario, mostrar una cierta cortesía y educación y emplear cierta galantería que trate a las mujeres como damas y no como meros objetos de deseo siempre es bien recibido. No hace falta tampoco ser un relamido petulante, claro está, pues ello sólo nos llevará a parecer ridículos. En el punto medio está la virtud.
El reparto de las tediosas labores diarias es uno de los puntos más críticos en toda convivencia de pareja. Aunque poca gente disfruta de las mismas, debemos evitar considerarlas como una pesada carga asociada con emociones negativas, pues es el camino más fácil a que comencemos a intentar escaquearnos de las mismas. Una situación que probablemente dará lugar a enfrentamientos continuos, si no sois capaces de dividir vuestros papeles de forma equitativa.Mostrar iniciativa aquellos días que dispongas de más tiempo o te sientas con más fuerzas es una de las mejores señales ante tu pareja, pues si intentas esquivar tus obligaciones continuamente pensará que estás sugiriendo que debe ser ella la que lo haga como mujer que es.
4.- Proporciónale el espacio necesario
Todos necesitamos disponer cada día de un tiempo y un lugar para nosotros mismos. Ello no implica que nuestra pareja nos quiera menos o no quiera estar con nosotros, pero muchos hombres no comprenden que este espacio es necesario para el bienestar de la pareja. Además, debemos saber cómo aprovechar ese tiempo que no estamos compartiendo con nuestra mujer, ya que una persona independiente que es capaz de no aburrirse sin compañía es mucho más deseable que esa que necesita estar con nosotros las veinticuatro horas del día los siete días de la semana. Una pesada carga, vaya.
5.- Abrázala, tócala, acaríciala
A las mujeres les gusta más el contacto físico que a los hombres, algo que tendemos a olvidar a menudo. Así que acercarnos a ella y abrazarla es la mejor forma de hacerla recordar que sentimos algo por ella. Además, se sentirá mucho más segura y protegida dentro de la relación: rodearla con tus brazos es uno de esos signos que el cerebro femenino interpreta siempre de manera positiva. Besarla o mostrar signos de afecto delante de conocidos comunes, suele ser percibido como una forma de expresar tu sentimiento de orgullo hacia ella y de demostrar que no tienes ninguna duda acerca de vuestra vida en común.
6.- Demuéstrale que puede confiar en ti
Tontear con sus amigas, por mucho que nos atraiga y aunque se realice de manera inofensiva, seguramente sea el peor error en el que puede caer un hombre durante una relación. Si queremos que nuestra pareja confíe en nosotros, debemos enviar los signos correctos para confirmar tal imagen. Una de las características de los hombres más valoradas entre las mujeres es su fidelidad y amor incondicional: la peor sensación que puede tener una mujer dentro de una relación es que puede ser abandonada por su compañero en cualquier momento. Tampoco las mentiras, por pequeñas o piadosas que parezcan, suelen ayudar a labrarnos una buena imagen.
7.- Comparte tus aficiones, sigue las suyas
A todos nos gusta compartir nuestras actividades favoritas con nuestros amigos, familia, compañeros… ¿Por qué no también con nuestra pareja? No hay nada que refuerce más una relación que compartir unas mismas aficiones, que no tienen por qué ser las mismas que en el momento en que la pareja se juntó. Esto funciona en un doble sentido: no sólo debemos preocuparnos por saber y mostrar interés por aquello que gusta a nuestra mujer, sino que también podemos indicarle nuestras propias aficiones para que se sienta partícipe de ellas. Por supuesto, es importante una mente abierta y una actitud activa frente a las mismas, no una resistencia exasperante ante todo aquello que proporcione entretenimiento a nuestra pareja.
La llamada escucha activa es una de las herramientas más importantes de cara a mostrar a nuestra mujer que la tenemos en consideración. Por ello, no debemos interrumpirla cuando nos está contando algo que considera interesante, aunque sea para dar nuestra (en teoría) interesante opinión, ni tampoco desviar nuestra atención a otro asunto, aunque se trate de una llamada importante (“perdona, es muy interesante, pero no lo suficiente para seguirte escuchando”), ni desde luego cambiar de tema rápidamente. Por el contrario, debemos mostrar atención, proponer soluciones más tarde si se trata de un problema y hacerle saber lo más importante de todo, que es que aunque no podamos hacer nada por cambiar la situación, siempre estaremos allí para escucharla.
9.- Recordar que no son hombres
Utilizar como criterio para descubrir lo que le gusta a nuestra pareja nuestro propio gusto como varones es poco recomendable, ya que el sexo femenino tiene sus propias necesidades y deseos que difieren bastante de lo que los hombres quieren. Por ello no es recomendable planear actividades en función de nuestros intereses y preferencias, por mucho que nuestro egocentrismo nos lleve en gran cantidad de ocasiones a pensar que lo que nos atrae a nosotros tiene que atraer a todo el mundo, y viceversa: que lo que no nos interesa no puede interesar a nadie. Por eso, si nuestra pareja se preocupa por salir de compras, dedicar tiempo a vestirse y maquillarse, salir a cenar con sus amigas o comer determinados platos, no lo hace por fastidiarnos, sino porque realmente le gusta. No lo olvidemos.
10.- Sé feliz
No hay nada que más disguste a cualquier persona que tener que convivir con otra que se pasa el día mustia, quejándose por todo y desganada ante cualquier situación. Si no somos capaces de mostrar a nuestra pareja que ella nos hace dichosos, comenzará a pensar que no es lo suficientemente importante para nosotros. Además, tener que actuar siempre con el objetivo de mejorar la felicidad de su pareja no es precisamente el ideal de vida de la mayor parte de mujeres. Si eres infeliz, y te muestras así continuamente ante tu pareja, sólo conseguirás que sea tan infelices como tú. 

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