martes, 7 de mayo de 2013

Aprende a Vivir con Alegria


5 Lecciones de Vida que no te enseñan en el colegio
Las enseñanzas que uno recibe a lo largo de su existencia no solo se aprenden en el colegio o en la Universidad sino que muchas de ellas son consecuencia de nuestro caminar por la vida, de nuestros éxitos y de nuestros fracasos, de nuestros encuentros y desencuentros…. Por eso, hoy nos apetece hablar  de este tipo de enseñanzas que aunque quizás no tengan demasiada importancia en nuestra vida profesional, sí que la pueden tener en nuestro desarrollo como personas.
Y es que aunque el mejor momento para aprender estas lecciones suele ser al comienzo de la vida, nunca es tarde si la dicha es buena. Decia Anthony de Mello que: "Lo malo de los profesores, dijo el maestro, es que suelen olvidar que el fin de la educación no es el aprendizaje, sino la vida". Ciertamente más allá de teorías, nombres y fórmulas matemáticas aprender a disfrutar el arte de vivir debiera ser la principal finalidad de una buena educación. En cualquier caso, allá van algunas lecciones que nos pueden ayudar a saborear ese arte de vivir:
1.       El amor es la clave: Una de las grandes claves de esta vida, lo hemos dicho en más de una ocasión, radica en la gestión de unas buenas relaciones personales. Amar y sentirse amado, dos variables fundamentales para una buena vida.  Nadie es más feliz que el que ama y a su vez se siente correspondido. No hay lección más importante que comprender el papel fundamental que juega el amor y nuestras relaciones con los demás en este camino llamado vida. No es casualidad que Einstein dijera: “Si un día tiene que elegir entre el mundo y el amor, acuérdese que si elige el mundo se quedará sin el amor, pero si elige el amor, con él conquistará el mundo". Pero para que los lazos de amor, sean del tipo que sean, prosperen y perduren lo primero que uno debe  hacer es conocerse a sí mismo para comprenderse y aceptarse tal y como es, para de este modo poder comprender y aceptar a los demás. Ya lo hemos comentado en algún post anterior cuál debiera ser nuestro primer amor.
2.       La vida es una larga carrera: Considerarlo de otra manera resulta contraproducente. La vida no va de esprintar. Más bien va de aguantar, de perseverar, de  ser constante y de tener paciencia. La búsqueda de soluciones rápidas, cortoplacistas llevan a más de uno bien a abandonar y/o a pisar a otros, al sistema o a los propios valores sin entender que el éxito es resultado del crecimiento interno y para ello hace falta tiempo. La vida requiere la práctica de la paciencia y la persistencia. No olvides que las cosas no se logran en un abrir y cerrar de ojos. Los logros importantes requieren trabajo, tesón, perseverancia, y motivación propia. Y es que a menudo, lo que parece imposible a corto plazo se hace posible a largo plazo si se persiste en ello
3.       La vida es una paleta de muchos colores: Muchos bonitos y luminosos pero otros oscuros y sombríos que a veces desvirtúan el colorido del colectivo. Lo cierto es que poco nos enseñan en la escuela sobre la gestión de las adversidades, especialmente desde un plano más emocional. Y claro, aquí no hay un libro con soluciones. Lo que sí que podemos decirte es que frente a la adversidad y a las pérdidas, aprendas a relativizar, a cambiar la lente con la que las miras. Todo contemplando con cierta altitud de miras puede pasar de ser una tragedia a una comedia, y viceversa. Aprende a cambiar esa perspectiva. Del mismo modo, a la adversidad enfréntate con valentía manteniendo siempre la esperanza, es ésta la que nos mantiene alerta y despiertos para intentar hacer de lo malo, una oportunidad.
Lo que está claro, es que cuando los colores que te toquen no sean agradables, más importante que el color será tu actitud. Si es una actitud positiva los obstáculos no dejarán de ser eso, piedras en el camino, que no van a impedir que continúes avanzando. Distinto será si tu actitud fuese negativa, el mirar con ese tipo de lentes puede llevarte al inmovilismo y a la rendición. Con todo, la adversidad existe y no es posible no evitarla, de hecho y tal y como decía Paulo Coelho: “Evitando los problemas que necesitas enfrentar, evitas la vida que necesitas vivir”
4.       A veces tendremos que creer para crear: decía Osho que “Nunca os resignéis a la mediocridad, porque es un pecado contra la vida. Nunca pidáis que la vida carezca de riesgos y jamás pidáis seguridad, porque eso es pedir la muerte”.  Seamos francos, a veces el primer paso a dar para conseguir esa vida que uno quiere es creer en nuestros propios proyectos. De algún modo, tanto si creemos que podemos hacer frente a una situación determinada como si creemos que no podemos, estamos en lo cierto. Decía Jardiel Poncela que la mayoría de sueños se roncan, pocos se viven realmente, quizás sea cierto, pero lo realmente interesante es saber que todos y cada uno de ellos requieren como ingrediente fundamental para degustarlos creer en ellos. De otra manera no es posible. ¿Cuántos habrán fallado por esta causa?
5.       Vivir es una oportunidad: y una oportunidad que se da en el aquí y en el ahora de forma constante pero también ha de ser de forma consciente, por eso Erich Fromm decía: “El objetivo de la vida es nacer plenamente, pero la tragedia consiste en que la mayor parte de nosotros muere sin haber nacido verdaderamente. Vivir es nacer a cada instante.” En cierto sentido, esta misma idea la  recoge el refranero español cuando dice que: “no se trata de poner años a la vida, sino vida a los años”.  Y en este ponerle vida a los años, el caminar conscientemente y con cierta calma resulta fundamentales si queremos saborearla. Necesitamos exprimir cada momento, degustarlo y saborearlo sabiendo que la mayoría de los problemas de tiempo, son problemas de prioridades. Tu poder radica ahí, en equilibrar tus demandas y decisiones, discernir lo que es superfluo y lo que es prioritario en tu vida, y eso solamente puede hacerlo uno mismo, nadie lo puede hacer por ti.
En definitiva, este camino que llevamos vida, es un camino lleno de colores y sabores que suponen ante todo una oportunidad en la que el amor y el disfrutar cada paso resultarán claves si queremos tener una buena travesía.

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