martes, 16 de abril de 2013

Como Ser una Madre Emocionalmente competente


Una vez más tenemos que agradecer a D. Antonio Rios Sarrió, salesiano y médico psicoterapeuta el haber estado con nosotros para compartir con padres y educadores sus conocimientos sobre inteligencia emocional en la Escuela de Padres.
Rios quiso enfatizar en una concurridísima charla el hecho de que la inteligencia emocional o afectiva no es un tipo más de inteligencia como la lógico-matemática, la musical o la espacial, sino que es una necesidad a la que debemos prestar atención desde que los niños son pequeños, al igual que nos preocupamos por su salud biológica.
Es muy importante que como padres seamos capaces de convertirnos o de desarrollar nuestra competencia emocional. Ya no basta dejarte llevar por tu intuición has de ser capaz de desarrollar muchas competencias emocionales.
-Autoconocimiento
-Empatia
-Conexión emocional
-Cariño
-Ayuda
-Apoyo
-Reconocimiento
-Autonomia
-Escucha activa
-Calma
-Tranquilidad
-Motivación
-Ilusión
-Respeto
-Amor
-Responsabilidad
-Gusto por el estudio
Cabe destacar la importancia de este elemento, ya que repercute en todos los ámbitos de la vida: familiar, académico, laboral, social, etc. Por este motivo como decíamos es necesario desarrollarlo desde la infancia.
La charla tuvo como principales objetivos, además de acercarnos un poco más a este término, ser conscientes de la importancia de las emociones, autoconocimiento y autocontrol para ser responsables de nuestra conducta; apreciar la importancia que tiene la educación, la forma en la que nos tratamos a nosotros mismo y a los demás, ya que la primera escuela es la casa y esto se aprende en la familia; o ser conscientes de que ocuparnos de nuestros hijos no es sólo que no les falte alimento, ropa, etc.
“Lo que parece claro es que hay que cultivar la inteligencia afectiva, por más que se posean algunas habilidades cognitivas relativamente autónomas. La vida suministra numerosos ejemplos de personas consideradas muy inteligentes que, en momentos decisivos, son incapaces de ponerse en el lugar de los demás, que no reconocen los estados de ánimo propios ni ajenos y que no saben expresar lo que sienten. Por el contrario, otras personas, a pesar de obtener bajas puntuaciones en las tradicionales pruebas de cociente intelectual”, manifiestan una innata inteligencia afectiva. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario