Es de noche. Llega Patricia, una amiga, a nuestra casa. Viene perturbada. Ha perdido el trabajo y no sabe cómo hará frente al pago de la hipoteca de su casa.
Nos encantaría ayudarla, prestarle dinero y que pueda buscar un trabajo tranquilamente, pero no nos es posible.
Podemos hacer dos cosas: callar y escucharla, o podemos aconsejarla.
Si decidimos hacer el papel de consejeros, lo fácil será comentarle que tendrá que buscarse un nuevo trabajo, la cual cosa ella ya habrá pensado.
Pero, ojo! Con este gesto, no estamos escuchando lo que nos quiere decir nuestra amiga, ni podemos profundizar en que motivos la han llevado a esta situación. Daremos vueltas al tema de buscar un nuevo trabajo sin la necesidad de adentrarnos en lo que realmente nos pide: SER ESCUCHADA.
Es importante recordar que, cuando a un amigo o amiga se le aconseja sin que él o ella lo haya pedido, le estás dando a entender que es incapaz de hacerse cargo de su vida y resolver sus dificultades.
Por lo tanto, es primordial saber distinguir cuando se pide contención y cuándo un consejo es muy bueno para conservar la amistad, porque eso significará que sabemos juzgar y dar apoyo en el momento oportuno.
Aprende a Sentirte Bien
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Hace 6 años
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