viernes, 29 de marzo de 2013

Hacer lo adecuado lo conveniente


La experiencia del carpe diem: pros y contras de vivir como si no hubiera mañana

La experiencia del carpe diem: pros y contras de vivir como si no hubiera mañana
Las relaciones sociales son uno de los elementos necesarios para alcanzar la felicidad. (Corbis)
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Vivir cada día como si fuera el último es una de las máximas promovidas desde la psicología positiva para alcanzar la felicidad. La plenitud vital se asocia cada vez más con la intensidad de las experiencias del día a día y con la búsqueda constante del disfrute hasta rozar las tendencias hedonistas. El ‘carpe diem’ se ha convertido en una opción prácticamente incuestionable para las sociedades modernas cimentadas sobre la base de la aceleración y la incertidumbre. Una forma comprensible de enfrentarse a la vida pero que, como todo, tiene sus pros y sus contras.
El psicólogo de la Universidad de San Francisco Ryan Howell ha centrado sus investigaciones académicas en las metodologías para alcanzar la felicidad, haciendo hincapié en el papel que juega el dinero en este propósito. Partiendo de la base de que la libertad financiera es una condición indispensable para vivir satisfechos, ha tratado de identificar los beneficios y los costos económicos de vivir el momento. Su principal conclusión es que practicar el carpe diem “tiene un impacto positivo sobre nuestras emociones, pero esta forma de actuar perjudica nuestras finanzas”.
Seguridad económica y satisfacción
Para Howell, la correcta gestión de nuestras finanzas está directamente relacionada con la felicidad. Por ello, pone en duda que una práctica “contraria al ahorro” sea el mejor camino para sentirnos plenamente satisfechos, al menos, a medio y largo plazo. Los experimentos anteriores llevados a cabo por el psicólogo de la Universidad de San Francisco han demostrado que “los individuos con mayor capacidad de ahorro tienden a sentirse más seguros y, por tanto, están más satisfechos con sus vidas que las personas despilfarradoras”.El carpe diem fomenta las emociones positivas, pero suele perjudicar la seguridad financiera, necesaria también para alcanzar la felicidad
La planificación de la economía doméstica no suele ser un hábito propio de la gente que vive el momento. “Esto significa que en muchos de los casos ni siquiera saben de cuánto dinero disponen, cuánto deben y cuál sería la cantidad razonable que podrían gastar”, explica el psicólogo. Una falta de planificación financiera que los hace “más propensos a convertirse en compradores compulsivos, sufrir así más penurias económicas, y acabar por sentirse insatisfechos en su vida”, añade Howell.
Por el contrario, las conclusiones de estos estudios reflejan también que las personas que se esfuerzan por vivir el momento tienden a experimentar más emociones positivas. Las sensaciones de alegría y euforia son más habituales entre estas personas, si bien se trata de picos irregulares que también pueden llevarlos con frecuencia a experimentar justo todo lo contrario.
La fórmula de la felicidad equilibrada
Las relaciones sociales también son más numerosas entre aquellos que tratan de vivir el momento, además de que éstas son más estimulantes. Una intensa vida social que los hace más extrovertidos, “una aptitud necesaria para la felicidad”. La capacidad de adaptación a los cambios y de enfrentarse a nuevos retos es otra de las características positivas de este grupo de gente que Howell señala.
El carpe diem está rodeado, por tanto, de aspectos positivos y negativos, lo que convierte el camino hacia la felicidad en un complejo reto. Es por ello que Howell apuesta por una práctica que ha dado en llamar carpe diem “equilibrado”. Es decir, “vivir el momento para aumentar las emociones positivas y las relaciones sociales, pero siendo conscientes de nuestra capacidad financiera”, sin dejar de lado la planificación de la economía doméstica. Una fórmula para alcanzar la felicidad, sentencia el psicólogo, que nos permitirá disfrutar del presente sin influir negativamente en el futuro. 

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