sábado, 30 de marzo de 2013

La Inteligencia Reflexiva

Es una Inteligencia que tenemos que desarrollar.



La Inteligencia Reflexiva. ¿Un “nuevo” tipo de inteligencia?

Plena atención en el mirar, observar, reflexionar… y concluir… o NO CONCLUIR.

Ese es el proceso de lo que yo denomino Inteligencia Reflexiva. Si desde principios del siglo pasado se había inventado la medición de lo que se denominó Cociente Intelectual (CI) y a finales de dicho siglo apareció lo que se llamó Inteligencia Emocional (IE), ¿por qué no añadir este otro tipo de inteligencia que tanto me ha ayudado en mi vida?

De entre los franceses, surgió un tal Alfred Binet que a principios del siglo pasado perfiló un test que aproximaría a la detección precoz del éxito o fracaso en los estudios académicos. Se trataría de un análisis predictor.  Según su proceso, este cociente se determinaría al resolver la siguiente ecuación: 

alfred binet
Alfred Binet

 Esto llevaría a un número que nos hablaría de las posibilidades de tener éxito o no en los estudios; donde el tramo entre 85 y los 115 estaría en valores normales y cualquier otro número nos hablaría de valores marginales.

Durante todo el siglo pasado se vinieron estudiando otros tipos de inteligencia, como la creativa, la práctica, la intuitiva… incluso llegó a describirse lo que se vino en llamar Inteligencia Múltiple, que vendría a ser como una especie de media de distintos tipos de inteligencia. Pero fue en la última década del siglo XX cuando apareció la denominada Inteligencia Emocional, cuya descripción tuvo mucho éxito. El ansia en acotar (cuantificar) este tipo de inteligencias, llevó a que se perfeccionaran distintos tipos de test, que por supuesto condujeron a la investigación y profundización en aquello que se ha venido en llamar Inteligencia. Puedes ver algunos ejemplos de distintos test en la página de Psicología Online.

Hay un buen montón de definiciones de lo que llamamos inteligencia, pero daremos la nuestra (la de ir por casa) y puede que así nos entendamos mejor. A mi entender,la inteligencia no es más que un conjunto de funciones de las que es capaz un cerebro. Aquí podremos incluir hasta lo que denominaremos Cerebro Colectivo o Inteligencia Colectiva que trataremos en mejor ocasión. Según esta definición, que es muy amplia y que incluso abarca a todos los animales, Inteligencia vendría a ser algo así como la habilidad del cerebro y su correspondiente cuantificación con un grado de valor. Las dotes de seducción, por ejemplo, podrían ser graduadas en lo que denominaríamos Inteligencia Seductora (IS). Por otra parte, la Inteligencia Emocional (IE) podría valorar este aspecto de las emociones (tanto en seres humanos como en animales, recuerda), que aunque parezca que nada tenga que ver con el cerebro, está totalmente vinculado si tenemos en cuenta que es este órgano quien lo rige todo en un cuerpo. Siguiendo este hilo y exagerando un poco, podría llegarse a hablar de una Inteligencia Endocrina (IEn), basado en la capacidad de regulación de ese cerebro de todo el sistema de fabricación de hormonas; no sólo por la regulación automática de las segregaciones, sino también por los ajustes (también automáticos) de carencias y deficiencias en el cuerpo que dirige.

Pero vamos a centrarnos en la “nuestra”, la que denominamos Inteligencia Reflexiva. De la misma manera que otras formas de inteligencia valoran distintos tipos de facultades, esta inteligencia valoraría la capacidad de reflexión del Ser Humano en abstracto, y de un cerebro en concreto. Pues de acuerdo con este segundo hilo, podríamos llegar a pensar que los distintos tipos de inteligencias, no han “sido logrados” por el individuo, y por lo tanto no tienen más mérito que el de una casualidad combinada por la naturaleza. En otras palabras, que más mérito tiene quien ante una Inteligencia Matemática (IM) (o de cálculo), de tipo medio bajo, con su esfuerzo y trabajo consiga un grado más elevado del que la naturaleza le ha dotado; pero esto sería otra cuestión a tener en cuenta en las cualificaciones.




La plena atención en el proceso descrito al inicio del “mirar, observar, reflexionar…” nos habla de la virtud de saber mirar y de dotes de observación y reflexión. Este proceso que puede llevar a una “conclusión” o no, deposita un poso en la mente (o en el subconsciente) que de una u otra forma estará latente y servirá para utilizarlo posteriormente en cualquier nueva experiencia y nos será de referencia, de ahí su importancia. Como hemos dicho no es necesaria la conclusión, el mismo proceso ya resume lo que tiene que resumir en el subconsciente. La Inteligencia Reflexiva es una especie de Inteligencia Múltiple Específica orientada a un objeto sustancial: La formación de la personalidad. El sustrato que deja este tipo de inteligencia se deposita en la parte más profunda e importante del Ser Humano. Unos dirán que se trata del alma, yo simplemente diré que se trata de la persona; la IR configura lo más íntimo e importante del Ser Humano.

No me preguntes cómo se podría medir este tipo de inteligencia, que no lo sé; eso lo dejo para los sesudos e inteligentes estudiosos y expertos en el tema. Nosotros, bastante hemos hecho en reflexionar sobre ello unos minutos. Espero que nos haya sido útil.

Como siempre, al final dos consideraciones: Este artículo no pretende tener contenido científico; se debe entender como el producto de una simple reflexión/propuesta, por lo que hay que leerlo con todas las reservas. Se trata de una opinión que se debería leer con espíritu crítico. Y en segundo lugar, seguro que no hay nada nuevo en él, que alguien tiene que haberlo estudiado, pero yo no lo he visto; quizás los expertos y profesionales hayan leído o experimentado sobre esto en alguna ocasión.

Hoy le vamos a dar caña a la superficialidad mientras alabamos la introspección.

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