jueves, 18 de noviembre de 2010

La Colaboración de los padres: Convencerles que pueden volar

LA COLABORACIÓN DE LOS PADRES EN LAS TAREAS ESCOLARES

Una actitud de los padres que sirva para estimular el gusto por aprender posibilitará el éxito en el estudio. El acoso y la vigilancia intensiva de los niños sin permitirles que asuman responsabilidades a la hora de realizar su trabajo, pueden ser tan perjudiciales como la falta de hábitos de estudio y las normas incoherentes. Por todo ello, proponemos una serie de actitudes a mantener por parte de los padres que, sin duda, podrán ayudar a los niños en su labor como estudiantes:

Ayudar al niño no quiere decir que debamos hacerle su trabajo; nos mostraremos interesados por lo que hace y dispuestos a ayudarle en sus dudas, pero solamente él deberá realizar el trabajo.
Exigirle y al mismo tiempo animarle a confiar en sus posibilidades siempre que se esfuerce. Hacerle marcarse metas concretas y reales, además de recordárselas cuando sea preciso: “Hemos acordado que todos los días dedicarás media hora a la lectura, te avisaré cuando se cumpla, vuelve a tu sitio”
Transmitirle respeto por todo lo relacionado con su vida escolar: cuidaremos la puntualidad, que acuda siempre con todo el material necesario y que lo cuide. Nunca desautorizaremos al profesor o hablaremos mal de él en presencia del niño. Cualquier duda o discrepancia que exista debe tratarse directamente con el profesor.
Si tenemos que dirigir alguna crítica o reproche será siempre hacia el trabajo realizado -“cuando te esfuerzas, tú sabes presentar tu cuaderno mejor”- y nunca hacia el propio niño –“eres un chapucero”-. Si le aplicamos determinadas etiquetas es posible que acabe asumiéndolas.
Reforzar (alabar, premiar) sus logros, esto aumentará su confianza y elevará sus deseos para continuar mejorando.
Ante los pequeños fracasos impulsarle a no caer en el desánimo, ayudarle a mejorar y a buscar alternativas para superar las dificultades. El castigo y la amenaza para solucionar la falta de rendimiento raramente son eficaces; suele ser más beneficioso reforzar (premiar) los esfuerzos y logros.
No caer en las comparaciones con otros niños o con los hermanos. Puestos a establecer comparaciones, que estas se refieran siempre a las propias tareas del niño: “Escribes con menos faltas que hace un mes”.
Mantenerse informados de lo que ocurre en la escuela, de la relación del niño con los compañeros y profesores. Intentar implicarse en la vida y las actividades del colegio, todo ello transmitirá al niño la idea de lo importante que resulta para sus padres todo lo relacionado con la escuela.
Recordar siempre que los hijos tienden a comportarse según lo que ven en casa: el hecho de que veamos en la televisión junto con ellos programas culturales o divulgativos, que tengamos actividades de ocio como visitas a museos o parques naturales, que practiquemos deporte, que nos vean leyendo.. Y que además de todo ello, nos encarguemos de facilitarles situaciones en las que puedan llevar a la práctica lo estudiado o les estimulemos para aprender cosas nuevas estaremos facilitando enormemente sus actitudes para el trabajo escolar.

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