viernes, 30 de julio de 2010

La vida para Amar

Entristece mi alma el saber que dudas
de mis sentimientos y de mi verdad.
Cuando un hombre como yo ama
lo hace en silencio, con una mirada
con un gesto dormido, una sonrisa
con una caricia, un poema, una flor
con un beso plantado en los labios
que transmita y llegue directo al corazón
Haces preguntas que hieren mi piel
Dudas que matan y que no vienen a qué
¿Cómo crees que se puede olvidar tu rostro?
Tus manos, tu cuerpo, tu entrega, toda tú
¿Cómo olvidar en mí tus suaves caricias?
Que tiñeron el color del amor a mi existencia
¿Cómo se puede olvidar la melodía de tu hablar?
Cuando tu música llegaba al fondo de mi alma
en el momento en que tú querías entrar.
Al pensar a solas, reconozco cada una de mis fallas
muchas en la mala interpretación de mi amor
donde pido y no paro de exigir, aún con dolor.
Realizo que desde niño recibíamos cuando llorando
exigíamos todo con un grito o con el llanto.
Pienso que esa manera de pedir se nos quedó
ahora no puedo pretender cambiar el modo
de callar mi pena para llamar tu atención.
Sé que no he aprendido a amar como debo
no he dejado de querer lo que quiero
y entre otras, no puedo olvidar lo que es mío
como tampoco puedo dejar al olvido
todo aquello que una vez aprendido
ha dejado un espacio de alegría en mí.
Vivo el momento cuando estoy a tu lado
y presiento que es mi último suspiro.
Lo hago consciente de que cada vez
cuando me amas o soy yo el que lo hago
nos entreguemos sin tener que ver el mañana
sin temor a lo que en miedo tuvimos ayer.
El hoy es para mí el mañana, el que siempre
siempre he querido contigo alguna vez tener.
Si mis palabras no suenan como quieres
si mi canto no te llega a encantar
permite sea mi corazón el que hable
pues ése sí te quiere, del todo, en verdad

No hay comentarios:

Publicar un comentario