sábado, 24 de julio de 2010

Amad a vuestras Mujeres

amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
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para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,
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a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
28
Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos.

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