lunes, 12 de julio de 2010

Salve Marinera

Estamos viviendo una situación un tanto extraña en el ámbito castrense, entre otras cosas por lo que se ve, se dice y se hace con manifestaciones religiosas tradicionales, cánticos, procesiones y cosas por el estilo, de las que últimamente está saltando a la palestra la Salve Marinera.

Soy capitán de navío retirado hace un par de años, y desde mi entrada en la Escuela Naval Militar de Marín junto con un montón de compañeros, allá por el año 1961, una serie de normas, costumbres, tradiciones y formas de actuación, han sido nuestra inseparable compañía a lo largo de nuestras vidas. Han sido algo que ha pasado a formar parte de nuestra forma de ser, de nuestra personalidad. Entre ellas está el respeto y cariño por uno de los símbolos que une a todas las gentes de mar: la Virgen del Carmen, patrona de todas las marinas: de guerra, mercante, de pesca, científica, de recreo., y con ella la Salve Marinera.

Recuerdo que cuando ingresamos en la Escuela Naval, entre las primeras cosas que tuvimos que aprender estaba el Himno de la Escuela; aquel que hoy se está convirtiendo en himno de la Armada y empieza diciendo:

"Soplen serenas las brisas,
ruja amenazas la ola,
mi gallardía española
se corona de sonrisas."

Y también tuvimos que aprender la citada Salve Marinera, dedicada a la Estrella de los Mares, a la Virgen del Carmen. Es una canción que hemos entonado en múltiples ocasiones, en actos celebrados tanto dentro del ámbito castrense como en el ámbito civil, ya que la Virgen del Carmen, como patrona de las gentes de mar, goza de un gran arraigo en toda España, y sobre todo en nuestras largas zonas costeras, donde se vive la mar más de cara.
Y ahora voy y me entero que se está discutiendo si se va a cantar la Salve, o no, en la próxima Jura de Bandera y Entrega de Despachos, en la escuela Naval Militar de Marín, que normalmente se celebra los días 16 de julio de cada año, que es precisamente el Día del Carmen.

La verdad es que si me llegan a contar esto hace unos años, podía haber pensado que alguien había perdido el juicio. Pero ahora, visto lo visto y en la situación en que nos encontramos, hasta me lo creo.

Y pienso yo ¿Qué daño hace cantar la Salve Marinera? ¿A quien puede molestar? Es algo que hemos venido haciendo desde hace décadas y aquí estamos. Es una tradición muy arraigada. Por lo que me pregunto, ¿a cuenta de qué vamos a renunciar a ella en la Armada? O, ¿por qué vamos a tener que cantarla a escondidas, de tapadillo, como si estuviéramos haciendo algo prohibido?

Las tradiciones merecen un respeto siempre que no vayan contra el orden natural de las cosas, y siempre que no atenten contra la dignidad, libertad, seguridad y buenas costumbres. ¿Contra qué atenta la Salve Marinera?
Se habla de laicismo y libertad religiosa y a veces se confunden los términos. Si la Salve Marinera puede ofender a los que integrados en nuestra Armada profesan otras religiones, lo lógico sería incluir sus cánticos en los actos castrenses, en lugar de hacer tabla rasa y no permitir ninguno. Seguro que los actos ganarían en colorido y todo el mundo estaría tan contento.

Recuerdo que en mis destinos en la OTAN, en alguna ocasión asistí a actos castrenses religiosos multiconfesionales, por la muerte de algún compañero de la Alianza en accidente o en acto de servicio. Y la verdad es que siempre fueron actos muy emotivos y acogedores, en los que gentes de diferentes creencias nos unimos para despedir al compañero fallecido. Y a nadie se le caían los anillos.

Ya hemos visto lo que pasó esta Semana Santa, con la participación de representaciones de las Fuerzas Armadas en las procesiones y otros actos. Y lo malo es que hoy es la Salve Marinera y la Virgen del Carmen, y mañana puede ser - si no ha sido ya - la patrona o el patrón de cualquier otro cuerpo o arma, como la Virgen de Loreto, la Inmaculada Concepción, la Virgen del Pilar, Santa Teresa, Santiago, el Cristo de los legionarios, la Galeona del Juan Sebastián de Elcano, o el santo que sea.

Por favor, tengamos un poco de sentido común, que no es pedir mucho. Respetemos nuestras viejas costumbres y nuestras arraigadas tradiciones, que van mucho más allá de lo estrictamente religioso y son parte de la cultura de las gentes. Y dejemos la Salve Marinera en paz.

En los tiempos modernos, a muchos les puede parecer frívola o fuera de lugar cualquier tipo de devoción religiosa. Pero cuando el marino se encuentra en alta mar, alejado de tierra, empujado por la furia del viento, zarandeado por las olas, y cubierto por la inmensa bóveda de un cielo plomizo y amenazador, adquiere conciencia de su propia dimensión y se da cuenta de su insignificancia. Es entonces cuando eleva la mirada a las alturas y musita una plegaria dirigida al Sumo Hacedor, a la Virgen o a cualquier Santo de su devoción. Ya que como dice la copla:

"El que no sepa rezar
que vaya por esos mares,
verá que pronto lo aprende
sin enseñárselo nadie".

La devoción de las gentes de mar hacia la Virgen María viene de muy antiguo. Tuvo un gran impulso allá por el 587 con la conversión de Recaredo, y se prolongó hasta hoy. En los siglos XV y XVI, los monjes carmelitas difundieron por el Mediterráneo, el Atlántico y el Nuevo Mundo la devoción a su Patrona la Virgen del Carmen, que fue muy bien aceptada por las gentes de mar. Pero también hay otras Vírgenes de tradición marinera, algunas con gran protagonismo, y otras quizás un tanto locales pero muy ligadas a la mar, como la Virgen Inmaculada (en los descubrimientos), la Virgen del Rosario (en las galeras y en la Carrera de Indias, con su imagen La Galeona), la Virgen Peregrina, la Virgen de Cervelló (Socorro de Marineros), a Virxen da Barca, Santa María del Mar, o la Virgen de Guadalupe (cando vai pola ribeira...), por citar algunas. De todas estas advocaciones de la Virgen, la del Carmen es la patrona oficial de la Marina de Guerra desde principios del siglo XX, de acuerdo con una Real Orden del 19 de abril de 1901 (Boletín Oficial de la Marina núm. 46, de 23 de abril de 1901).


Por otra parte, la Virgen ha sido considerada desde tiempos muy antiguos como una Estrella que guía al navegante. Allá por el año 601 ya había un himno que decía "Ave María Stella". Gonzalo de Berceo (1198-1264) decía que la Virgen es "... estrella clamada, estrella de los mares...". Alfonso X el Sabio (1221-1284) recomendaba en una de sus "Cantigas" que se llamase a la Virgen "Estrela do Mar". Andando el tiempo, una letanía del 1605 aprobada por el Papa Pablo V, decía "Stella Maris, ora pro nobis". Y hoy la "Estrella de los Mares" es cantada por todos los marinos en la Salve Marinera - la que ahora está en discusión -, cuyo origen proviene de un fragmento de una zarzuela de ambiente marinero titulada "El molinero de Subiza", estrenada en Madrid en 1870, que tras algunas adaptaciones fue declarada de uso reglamentario en la Armada por Orden Ministerial del 16 de noviembre de 1942.

Como punto final, inserto a continuación la letra de la Salve Marinera, que pase lo que pase, pese a quién pese y diga lo que digan, se seguirá cantando entre las gentes de mar sin distinción de categoría, rango, origen o posición social, ya que pertenece al acerbo cultural de ese gran colectivo que formamos los que hemos pasado navegando, muchas, muchas horas de nuestras vidas.

"¡Salve! Estrella de los mares.
De los mares iris de eterna ventura.
¡Salve! Fénix de hermosura,
Madre del Divino Amor.
De tu pueblo los pesares,
tu clemencia dé consuelo.
Fervoroso, llegue al cielo,
hasta Tí, hasta Tí nuestro clamor.
Salve, Salve, Estrella de los mares.
Salve, Estrella de los mares.
Sí, fervoroso llegue al cielo,
y hasta Tí y hasta Tí nuestro clamor.

Salve, salve.
Estrella de los mares.
Estrella de los mares.
Salve, salve, salve, salve."

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