jueves, 20 de octubre de 2011

Si logras conservar intacta tu firmeza cuando todos vacilan y tachan tu entereza.

Si logras conservar intacta tu firmeza
cuando todos vacilan y tachan tu entereza.
Si a pesar de esas dudas mantienes tus creencias
sin que te debiliten extrañas sugerencias.
Si puedes resistir inmune a la fatiga
y fiel a tu verdad, reacio a la mentira,
el odio de los otros te deja indiferente,
sin creerte por ello muy sabio o muy valiente.
Si sueñas, sin por ello rendirte ante el ensueño.
Si piensas, mas de tu pensamiento sigues dueño.
Si triunfos o desastres no menguan tus ardores
y por igual los tratas, como a dos impostores.
Si soportas oír tu verdad deformada,
para trampa de necios por malvados usada,
o mirar hecho trizas, de tu vida, el ideal
y con gastados útiles recomenzar igual.
Si el total de victorias conquistadas
arriesgar puedes en audaz jugada,
y aún perdiendo, sin quejas ni tristeza,
con bríos renovados reinicias tu la empresa;
y extraes energías, cansado y vacilante,
de heroica voluntad que te ordena: ¡Adelante!
Si hasta el pueblo te acercas sin perder tus virtudes,
o con reyes alternas, sin cambiar de actitudes.
Si no logran turbarte ni amigos ni enemigos,
pero en justa medida, contar pueden contigo.
Si alcanzas a llenar el minuto sereno
con sesenta segundos de un esfuerzo supremo.
Lo que existe en el mundo en tus manos tendrás
y además, hijo mío, un Hombre tu serás

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