Fecha de publicación: Martes 16 de noviembre 2004
Autor: Marie-Christine Petit Pierre
Investigadores de la Universidad de Madison, en Wisconsin, estudiaron la actividad cerebral de ocho adeptos de la meditación. Este estudio, cuyas conclusiones se publican este martes, tiende a probar que este tipo de práctica produce modificaciones duraderas.
Son ocho, ocho practicantes budistas que suman cada uno de 10.000 a las 50.000 horas de meditación, son los "atletas" en su disciplina. Han ido de Asia o Europa a Madison, en Wisconsin, para participar en un estudio sobre los efectos de la meditación sobre el cerebro. Los resultados publicados hoy en las Actas de la Academia de ciencias (PNAS) en los Estados Unidos, justifican ampliamente el traslado. Los investigadores de la Universidad de Madison pusieron de manifiesto, por primera vez, que la meditación podría inducir modificaciones cerebrales duraderas en los que practican con experiencia.
Descifrado. Para poner de relieve este proceso, el equipo de Madison eligió un método simple. Este es el electroencefalograma que permite medir la actividad eléctrica cerebral por medio de electrodos colocados sobre el cráneo de la persona. El análisis de los resultados puso de manifiesto que estos meditadores con experiencia llegan a producir, durante su práctica, oscilaciones rápidas en las frecuencias ondas gamma. Esta actividad es ampliamente más elevada que en el grupo testigo, diez jóvenes estudiantes formados durante una semana en el arte de la meditación. Estas ondas gamma reflejan la coherencia de la actividad cerebral y se detectan durante estados de atención constante o en general durante la actividad consciente.
"Imaginémos el cerebro como una orquesta de jazz donde cada músico toca un instrumento diferente para conseguir una pieza coherente", propone Antoine Lutz, doctora en neurologías cognoscitivas, responsable de la investigación. "Las distintas regiones del cerebro se especializan en algunas funciones como las emociones, el gusto, el olfato, la memoria..." Deben sincronizarse entre ellas, como los músicos de jazz lo hacen cuando improvisan. La presencia de ondas gamma refleja la coordinación a través del cerebro de estos distintos módulos."
El aumento excepcional de los ritmos gamma en la corteza frontal, observado en el meditador experimentado, indica que estas regiones desempeñan un papel importante en la generación de este estado.
"No es sorprendente, puesto que en estas regiones se encuentran funciones mentales complejas, como el pensamiento abstracto, la capacidad de aprendizaje y también las acciones voluntarias", comenta Antoine Lutz. Pero no es la única zona en cuestión, el estudio muestra una activación de un gran número de regiones y, en particular, de las superficies parietales. Sugiriendo así una sincronización de larga distancia entre estas zonas. La meditación generaría pues una fuerte coordinación entre varias regiones del cerebro.
"Pensamos que el grado de sincronización refleja la entrenamiento de los sujetos”, destaca Antoine Lutz." Esta coherencia de la actividad cerebral se basa probablemente en una reorganización de las conexiones cerebrales. Por otra parte, la correlación en el practicante entre el elevado rango de ondas gamma antes de la meditación y el número de horas de práctica sugiere un efecto a largo plazo de la meditación sobre el cerebro. También constatamos un aumento de las ondas gamma después de la meditación. Eso implica un impacto a corto plazo en la dinámica cerebral."
Se trataría pues de una reorganización del cerebro debido al entrenamiento mental.
Los practicantes utilizaron, para esta parte del estudio, una técnica llamada de compasión universal y amor incondicional. Pero los aspectos siguientes del estudio, al parecer, describirán otros tipos de meditación (visualización, concentración y presencia abierta). Los investigadores utilizarán también las imágenes por resonancia magnética nuclear funcional (IRMF) que permitirá localizar las regiones estimuladas mejor anatómicamente. Una serie científica apasionante va a realizarse a la par de los análisis.
Estos primeros resultados ya abren perspectivas de aplicación en ámbitos como los problemas de déficit de atención, de ansiedad y por qué no del envejecimiento neuronal. "En los Estados Unidos la meditación diaria se utiliza en 200 hospitales para la gestión de la tensión. Por ejemplo en las fases terminales del cáncer ", señala Antoine Lutz.
Otros estudios sobre meditación, en particular el llevado a cabo por el dojo zen de Zurich y dirigido por Christoph Michel, responsable del Laboratorio de investigación del servicio de neurología al Hospital universitario de Ginebra, mostró un aumento de las ondas de baja frecuencia, alfa y theta, indicando más bien un estado de relajación.
"No analizamos las ondas gamma ya que son difíciles de registrar en superficie. Es muy interesante constatar la permanencia del cambio inducido por la meditación. Es el primero. Un muy bonito estudio que me habría gustado hacer bien", comenta deportivamente Christoph Michel.
Se trata ahora de saber si los cambios constatados realmente se deben a la meditación y no a una predisposición particular de los monjes. "Eso implica un estudio sobre la duración “, añade Christoph Michel," sería necesario también ver si los practicantes lo hacen realmente mejor en la práctica. Si tienen más facilidad para solucionar un problema."
Instrumentos de medida
La actividad cerebral, que se calcula en hertz (Hz) o en ondas (bandas de Hz), varía considerablemente. Las ondas delta (0,5 a 4 Hz) corresponden al dormir profundo sin sueño; las ondas theta (de 4 a 7 Hz) a la relajación profunda; las ondas alfa (de 8 a 13 Hz) a la relajación ligera o al despertar tranquilo; las ondas beta (14 Hz y más) a las actividades corrientes así como, curiosamente, a los períodos de dormir teniendo sueños. Las ondas gamma (por encima de 30-35) darían prueba, ellas, de una activación de neuronas excepcional, tal como se la encuentra durante los procesos de creación y resolución de un problema.
"La compasión genera un estado de total disponibilidad, lo que deja paso a la acción"
Marie-Christine Petit Pierre
Entrevista al co-autor del estudio, el doctor en biología celular y monje budista Matthieu Ricard.
Sentado delante de su ordenador portátil, envuelto en el vestido tradicional de los monjes tibetanos, azafrán y bordó, Matthieu Ricard es a la vez la imagen de la modernidad y la tradición, de la ciencia y la espiritualidad. Estamos en el salón de un chalet de La Costa donde de detuvo amistosamente con motivo de una gira con monjes bailarines del Tíbet, bien lejos del monasterio de Shétchen, en Nepal, donde se ha establecido hace más de treinta años. Doctor en biología celular, el hombre abandonó su carrera científica para consagrarse al budismo tibetano. Lo que no le impidió escribir varias obras, entre las que se encuentra “El Monje y El Filósofo”, diálogos con su padre el gran periodista Jean-François Revel, y “El infinito en la palma de la mano”, entrevista con el astrofísico Trihn Xuan Thuan. Es también traductor del Dalaï Lama y su fotógrafo. Hoy el monje regresa a la ciencia como coautor del estudio sobre los efectos de la meditación en la producción de ondas gamma por parte el cerebro.
Le Temps: ¿Cómo llegaron a participar en este estudio?
Matthieu Ricard: El Dalaï Lama es un espíritu extremadamente curioso. Se interesa mucho por las ciencias. Quisimos organizar encuentros con Su Santidad y científicos de muy alto nivel, lo que consiguió la fundación de "Mind and Life Institute". Al principio muy discretos, estos encuentros adquirieron cada vez más importancia. Decidimos hacer esta investigación, de la cual me convertí en uno de los coordinadores. Colaboré en la elaboración de los protocolos científicos, desde el punto de vista del practicante, con el fin de que defina y que definiera los distintos tipos de meditación que se estudiaron en laboratorio. También serví de ratón de prueba para ver si valía la pena desplazar monjes contemplativos del Tíbet a los Estados Unidos. Y pude así contribuir a precisar el enfoque entre los científicos y los practicantes.
- ¿Utilizaron algún tipo particular de meditación?
– Utilizamos varios pero principalmente la de la compasión universal. No se practica sobre un tema preciso, lo que permite evitar el estímulo de la memoria y la imaginación. Los resultados del estudio muestran, en los monjes implicados, un fuerte aumento de la actividad cerebral en las regiones del cerebro vinculadas a las emociones positivas y una mayor disponibilidad en acción. Otro aspecto aún no publicado que utiliza las imágenes por resonancia magnética nuclear funcional (IRMF) muestra el estímulo del lóbulo prefrontal izquierdo que implica también la zona activa en la planificación de los movimientos. La compasión genera un estado de total disponibilidad, todas las barreras caen, lo que permite un paso a la acción. Es por lo menos nuestra interpretación de practicantes.
– Son verdaderos campeones de la meditación los que participaron en el estudio. ¿Esto no falsea los resultados?
– Nuestra idea era poner de manifiesto que la meditación tenía un efecto duradero sobre el cerebro. Y las diferencias entre la actividad cerebral de los principiantes y monjes con experiencia pusieron de manifiesto que el principal factor era el entrenamiento mental. Pero será necesario hacer un estudio longitudinal, para mostrar cómo el cerebro de los que meditan evoluciona en el tiempo. Este estudio probó que una persona implicada podía modificar de manera duradera su plasticidad cerebral. ¿Se debe a un refuerzo de las conexiones existentes o a la constitución de neuronas? No lo sabemos. Lo que se puede decir, es que el cerebro se modifica gracias a un enriquecimiento interior y voluntario, y esto en la edad adulta.
– ¿Qué obtienen de este experimento?
– Para el contemplativo, lo que cuenta es la transformación. Este descubrimiento no cambia su práctica. Pero la demostración es extremadamente interesante para el apasionado de las ciencias que soy. Y eso pone de manifiesto que budismo y ciencia no son incompatibles, como lo creyeron mucho tiempo los comunistas chinos para los cuales los Tibetanos son salvajes. Se trata de una ciencia contemplativa y no de un dogma. Es una investigación de los procesos mentales. Y si la teoría de la percepción budista resultara científicamente falsa, no sería un problema para el Dalaï Lama.
– ¿Cuál es su objetivo en hacer esta demostración?
– Los budistas no hacen proselitismo. Lo principal para nosotros es mostrar los cambios que puede inducir la meditación. Y poner a disposición de la sociedad esta técnica que puede utilizarse como tal, sin ningún objetivo religioso. Hay por ejemplo una experiencia en curso en California con niños hiperactivos. Y otra ante 150 profesores que estudiarán sus cambios después de tres meses de meditación. Se podría intentar agrega "un equilibrio emocional" al programa escolar, utilizando la meditación.
Aprende a Sentirte Bien
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a)El primero corresponde a las emociones positivas como el disfrute, la
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placenteras qu...
Hace 6 años
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