domingo, 19 de junio de 2011

Toma las Riendas de Tu Vida

Toma las riendas de tú vida

Los milagros sólo ocurren cuando tú has enviado energía en el sentido que deseas. Es como la lotería, sólo puedes ganarla si has comprado el ticket; si no lo has hecho, por más que rezes e implores con Fé, jamás ganarás ningún premio.

En el ámbito espiritual, "comprar el ticket" significa dos cosas: Tener Fé y trabajar energeticamente en la dirección de lo que deseas. "A Dios orando y con el maso dando" dice el viejo y sabio dicho.

Orar es excelente. Es hablar con Dios, es conectarse espiritualmente con él y cuando lo hacemos apropiadamente, la conexión se hace recíproca y Dios nos bendice ofreciéndonos toda su gracia a través de su Luz. Orar no es repetir una y otra vez la misma oración. No!. Ustedes se imaginan sentarse a conversar con un Ser Querido y basar toda nuestra conversacion en repetirle incansablemente la misma frase?. La frase podrá ser muy hermosa pero la repetición mecánica de la misma, la vuelve vacía de sentimiento y pierde todo sentido para quien la escucha.

Oración es entonces, una conversación sincera y abierta con nuestro Padre Espiritual. Por supuesto, podemos usar las oraciones que ya conocemos, especialmente el Padre Nuestro (que fué la oración que él nos enseñó), pero debemos evitar recitarlas automaticamente sin encontrarle y transmitir el sentido de lo que se está diciendo. Cada frase debe salir de tú corazón y debe estar cargada de tú energía; sólo así, abrirás la conexión con la Luz Divinay tú mensaje será recibido y respondido.

Ahora bien. No es suficiente con sólo Orar. Sería muy cómodo y conveniente de nuestra parte el pretender lanzarle a Dios la responsabilidad de nuestras acciones y conductas. Cuando Oramos generalmente pedimos por algún favor especial y Dios nos responde enviándonos señales y mensajes para que seamos nosotros, con nuestras acciones, quienes logremos el objetivo. Nadie, ni siquiera Dios, hará lo que sólo nosotros debemos hacer.

Pensemos en un enfermo de Cancer. Esta persona en medio de su desdicha e impotencia desgarradoramente y con toda su Fé, ora a Dios por su salvación. Pero, una vez que termina su oración, continua con la vida desordenada, mala alimentación, excesos y/o alteraciones emocionales que provocaron su enfermedad. Creen ustedes que su oración produzca su salvación?, muy seguramente no. Y esto no quiere decir que su ruego no haya sido escuchado; Dios lo escuchó y le envió las claves que debería seguir para sanarse o para aceptar su enfermedad, pero la persona no quiso verlas ni escucharlas porque creía que el asunto era responsabilidad sólo de Dios...

La expresión: "Orar y dejarlo en las manos de Dios" no es estrictamente cierta. Habría que completarla diciendo: Ora apropiadamente, permanece atento a los mensajes y señales y actúa en la vía que estos te indican. Si lo haces, entonces los milagros irán ocurriendo en tú vida.

No hay que olvidar que vinimos a esta vida a vivir NUESTRA experiencia vital. No es la experiencia de Dios ni la de tús Padres, ni de tús hijos ni la de tú Pareja. Es TU experiencia. Por eso es que tenemos que tomar el control de nuestra vida y asumir las responsabilidades por lo que hacemos y queremos. Con Fé, orando, con Dios siempre presente pero teniendo claro que sólo nosotros podemos hacer los cambios.

La vida es como un carro y nosotros estamos en el puesto del Piloto. En la vía hay señales que nos dicen la vía a seguir y las precauciones a tomar. Si conducimos distraidos, no veremos las señales; probablemente consigamos una vía de regreso más adelante, pero, probablemente no...Si nos paralizamos por el miedo a conducir nuestra vida, entonces otros carros nos empujaran y viajaremos sin rumbo fijo como carritos chocones. Si le cedemos la conducción del carro a otra persona, muy probablemente esa persona tenga otra meta en mente y entonces nos conducirá por SU camino que no necesariamente tiene que ser el nuestro. Dios te da el carro y te pone las señales en la vía, el resto lo decides Tú.

Hay un viejo chiste que cuenta la historia del Párroco de un Pueblo que esta siendo inundado por la crecida de un río. El pueblo está literalmente desapareciendo bajo las aguas. El sacerdote sube hasta el campanario de la Iglesia único sitio de la capilla que aún escapa de la terrible crecida y reza por su salvación. En eso, pasa un Bote y desde allí alguien le grita:

- Padrecito venga con nosotros que el agua sigue subiendo....

El Padre responde:- No hijos míos. Vayan a la Escuela que seguro allá hay más gente por rescatar. No se preocupen por mi, yo estoy rezando y Dios me salvará.

El Sacerdote se subió a la Cruz de la cúpula de la Iglesia, pués ya el campanario estaba bajo las aguas. Al rato pasa un helicóptero y le lanzan una cuerda gritándole a través del altavoz:
- Padre, sujétese de la cuerda que lo vamos a salvar.

Y el padre les responde: - No hijos míos. vayan al Dispensario que seguro que allí habrá más gente por rescatar. No se preocupen por mí, estoy rezando y seguro que Dios me salvará.

Las aguas siguieron subiendo y sucedió lo inevitable. El Sacerdote murió ahogado y fué al cielo y alli fué recibido por San Pedro. El Padre indignado le reclama al Santo:

-Por qué Dios no escuchó mis oraciones yo que siempre fuí una persona devota y entregada a la Fé?

A lo que San Pedro compasivo responde:

- No digas eso hijo mío. Tús oraciones sí fueron escuchadas. Te envíamos un bote y tú lo rechazaste. Insistimos enviándote un Helicóptero y tambien lo rechazaste...Sí escuchamos tús plegarias pero tú decidiste no escuchar nuestra respuesta.

Pensemos entonces en los que nos aqueja hoy y en la forma como oramos. Estemos atentos a los "botes"y "helicópteros" que Dios nos manda; que no nos pase como el Padrecito que perdió sus oportunidades esperando que Dios tomara las decisiones por él....

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