sábado, 4 de junio de 2011

La Importancia de Creer en Ti mismo

1. ¿Cuánto cree usted valer?
Usted es una creación divina que forma parte de un universo perfecto e
infinito. Lo es todo. Tal como Walt Whitman afirmó en una ocasión: «Toda la
teoría del universo está dirigida sin lugar a dudas a un único individuo, o
sea, a USTED». No se trata de una afirmación egoísta, sino que responde
perfectamente a la cosmovisión del poeta. Usted es a un tiempo parte de la
humanidad y un ser humano individual. Usted, al igual que cualquier otra
persona perteneciente al conjunto de la humanidad, tiene un valor completo y
total que es perfecto. Como parte de esa perfección completa, debe saber que
el valor es inconmensurable y abundante. ¿Cómo podría existir algo más
perfecto que el ser humano? ¿Cómo ese algo podría tener más valor?

2. ¿Qué cree usted merecer?
Si usted se considera sólo merecedor de una pequeña parte de la felicidad,
entonces eso es lo que conseguirá. Si piensa que lo merece todo y tiene la
intención de dejar que la abundancia circule y de continuar sirviendo a los
demás, entonces adquirirá unas cotas más elevadas de felicidad. Si imagina
que no se merece demasiado, ése será su premio. Si se concede importancia a
sí mismo, tomando lo que piensa que merece a expensas de quienes le rodean,
entonces los resultados serán idénticos a los que obtendría si se creyera
merecedor de muy poco. En ambas situaciones se debilita y pierde fuerza.
Creyendo que no merece nada o que merece todo a expensas de los demás, toma
un camino de destrucción personal que no sólo le aleja de la abundancia,
sino que le conduce directamente hacia la escasez. Sepa que se lo merece
todo, al igual que todos los demás, y que en el proceso de ayudar a los
otros a conseguirlo se está sirviendo también a sí mismo.

3. ¿Qué cree que se halla a su disposición?
Una respuesta totalmente honesta se basa en lo que le aguarda a usted ahí
fuera. Si le obsesiona lo que tiene o deja de tener, o lo que nunca
conseguirá, entonces eso será precisamente lo que logrará. Una tarde, tras
una conferencia una mujer me preguntó: «Doctor Dyer, ¿cuáles cree que son
los límites que me impiden obtener el éxito y la felicidad que deseo en la
vida?». Mi respuesta fue inmediata: «Su convencimiento de que existen
límites». Lo que determina su nivel de éxito y felicidad no es lo que está o
no a su disposición, sino su propio convencimiento de lo verdadero.

Libertad y Abundancia
La idea de que el universo es una única canción, siempre en expansión, sin
limitaciones, a excepción de las barreras que nuestros pensamientos colocan,
ha dado lugar a la noción de libertad. Las fronteras y las líneas restringen
la libertad, pero dichas limitaciones las crea la persona. El universo
sencillamente fluye. El agua llega hasta la orilla y la tierra empieza en
ese mismo punto. El aire y el agua no se hallan separados por fronteras;
coexisten y se mezclan en perfecta armonía. El espacio sigue y sigue hacia
el infinito sin sufrir interrupciones de frontera alguna. En todo este
contexto hay libertad, la cual traspasa todos los muros y restricciones
inventadas por el ser humano.

Por tanto, la libertad es de lo que trata la abundancia. La libertad es la
ausencia de restricciones. En la naturaleza se observa por ejemplo en el ave
que decide colocar su nido en aquel sitio que le parece más armónico con el
medio ambiente. También en las ballenas que llegan nadando a los parajes que
sus corazones e instintos les sugieren. La abundancia en los seres humanos
sólo puede presentarse cuando la mente humana no se siente obstruida por
límites imaginarios. El aprender a librarnos de la creencia que desafía la
libertad mediante límites constituye una manera de crear un mundo abundante
para nosotros mismos.

copiado del libro LA FUERZA DE CREER de Wayne W. Dyer

Consciencia de Merecimiento

En la vida todo lo que existe a nuestro alrededor fue creado por nosotros,
consciente o inconscientemente. Somos seres dotados de voluntad y
consciencia, y a través de ellas tenemos el poder de crear. Eso nos hace
diferentes del resto de los seres en la naturaleza.

Idealmente ejercitaríamos nuestra voluntad de manera consciente para emplear
nuestra capacidad creativa, y construir el mundo que deseamos y merecemos. Y
allí se encuentra ese pequeño detalle que hace la diferencia en nuestras
vidas, en este caso es la consciencia que tenemos de lo que merecemos
recibir mientras completamos nuestro peregrinaje en este planeta.

Esto es algo básico, está muy arraigado dentro de nosotros, y está
estrechamente ligado a nuestra estima. La vida es nuestro espejo, y no nos
otorga a cambio más que aquello que nosotros podemos ver en nosotros mismos.

Nuestra consciencia de merecimiento tiene que ver con nuestras creencias
fundamentales, y tiene su raíz en lo que creemos que somos. Si, es correcto
en lo que creemos que somos, y no lo que realmente somos.

Origen

Tal vez se pregunte ¿Cómo puede una creencia ser más importante en nuestras
vidas que la realidad?. Esto es muy sencillo, como lo dijo Descartes una
vez: "Pienso luego existo".

Esa sencilla frase encierra una inmensa verdad, expone el concepto de
nuestra capacidad de construir nuestra realidad por medio de nuestros
pensamientos. Por esa razón, para cada individuo, los pensamientos que
albergue su mente son más importantes que la realidad, pues la preceden.

Es decir, los pensamientos construyen realidades y, así como pensamos somos.
De lo anterior podemos comprender porque donde nos encontramos en la vida en
la actualidad, y la manera como nos desenvolvemos en ella, es simplemente el
resultado de las creencias que una vez elegimos albergar principalmente
sobre lo que merecemos obtener a cambio de la vida.

Si, es correcto, a cambio, recordemos que la vida es nuestro espejo y
simplemente nos devuelve lo que ponemos en ella, y solo podemos darle a la
vida de lo que tenemos. Recordemos que nadie puede dar lo que no tiene.

¿Está usted a gusto con lo que recibe a cambio de la vida?, en caso de no
estarlo pregúntese entonces ¿Qué le está dando a la vida?, y principalmente
¿Cómo lo está haciendo?.

La actitud que asumimos ante la vida es tan importante como lo que hacemos
en ella. Se trata de calidad en vez de cantidad, y nuestra actitud y calidad
de acciones están directamente relacionadas con la autoestima.

Autoestima

La consciencia de merecimiento y la autoestima están estrechamente ligadas,
cuando una persona tiene su autoestima en alto siente que se merece lo mejor
que la vida tiene para ofrecer, y el sentir que se merece lo mejor, y poder
disfrutarlo, aumentan su autoestima.
Desde el Amor que nos tenemos establecemos cuanto valemos, y lo que creemos
que valemos nos hace sentir a cuanto tenemos derecho en la vida, o lo que es
lo mismo, lo que merecemos.
Por derecho de nacimiento tenemos a nuestra disposición toda la Paz, Amor,
Bienestar, Salud y Prosperidad que estemos dispuestos a aceptar. Pero ¿Cómo
conectarnos con la abundancia que nos ofrece la vida?, ayuda comprender como
nos relacionamos con la realidad de la vida, como percibimos la Verdad, el
Amor y la Energía que hay en ella, veamos.

Verdad

Es importante estar ubicados en tiempo y espacio, conectarnos con nuestro
presente en el aquí y ahora. Para comenzar hasta la más pequeña travesía es
necesario tener un punto de partida, y así poder trazar el curso a seguir.
En este caso se trata de establecer quién somos en realidad, somos quien
creemos que somos, o somos lo que realmente somos. Para descifrar esto
podemos ayudarnos buscando limitaciones a nuestras definiciones, si
encontramos alguna, entonces no es verdadera, lo que realmente somos no
conoce límites.

Una vez que conocemos la vedad de quien realmente somos, la verdad en si
misma pasa a formar parte de nuestras vidas. Y a partir de allí hablamos
desde la verdad, quienes se dirigen a nosotros pueden hacerlo desde la
verdad, y actuamos siguiendo la verdad.
Al conocer y aceptar la verdad que la abundancia es nuestro derecho de
nacimiento, nos sentimos merecedores de ella. Entramos en contacto con la
realidad de la vida, y somos capaces de percibir el Amor que hay en ella.

Amor

El amor es la fuerza que mantiene unido al Universo entero, a los planetas
orbitando alrededor de sus respectivos soles, y a los electrones alrededor
del núcleo. En el caso de los seres humanos, al corazón latiendo y la sangre
circulando.
Se trata de permitir que se manifieste más Amor en nuestras vidas. De sentir
que lo merecemos, y amarnos lo suficiente para darnos permiso de tenerlo. El
Amor está allí, existe, pero necesita de nuestro permiso para manifestarse
en nuestras vidas.
Si aprendemos a amarnos por lo que realmente somos, y compartir ese Amor de
manera desinteresada, cualquier cosa se convierte en una posibilidad que
podemos emplear nuestra energía para crear, porque sentimos que lo merecemos

Energía

Al conocer la verdad de quienes realmente somos y aprender a amarnos por lo
que somos, nos volvemos conscientes que estamos viviendo en un océano de
energía, y que es esta energía la que nos mantiene vivos al respirar.
Esto nos despierta a un nuevo nivel de percepción en el cual nos volvemos
conscientes que por medio de nuestras convicciones hemos estado dirigiendo
esa energía a crear lo que es nuestra vida.
Nos damos cuenta que de alguna manera siempre estuvimos conectados
emocionalmente con lo que considerábamos era cierto en nuestras vidas, y en
consecuencia dirigíamos la energía para manifestar eso que creíamos que
merecíamos.

Esta Energía vital y creativa permite la integración de la Verdad y el Amor
en nuestras vidas, y este proceso a su vez nos pone en contacto directo con
la vida, y nos hace sentir merecedores de todo lo mejor que tiene para
ofrecer.
Cuando la Verdad y el Amor se integran en nuestras vidas, y nos armonizamos
con ellos desde nuestra consciencia de merecimiento, podemos emplear nuestra
voluntad consciente para dirigir la Energía creativa a manifestar la
realidad que deseamos y merecemos.

El Merecimiento en Acción

Cualquier cosa relacionada con la conciencia necesariamente está en
actividad, y al ponernos en contacto con ella se activa un sistema el cual
nos hace participes del proceso.
Estos procesos existen para establecer equilibrio en nuestras vidas, y
comprenderlos nos ayuda a facilitar que nuestra consciencia de merecimiento
se convierta en abundancia y prosperidad en nuestras vidas.

El experimentar el contacto con la vida, y la integración de la verdad y el
amor en nuestra vida por medio de la energía, nos despierta a un nuevo nivel
de consciencia en el cual, además del merecimiento, nos ponemos en contacto
con la intuición, y a través de ella nos volvemos concientes de cómo
funcionan los procesos por medio de los cuales manifestamos nuestra realidad

La manera más sencilla de permitir que nuestra consciencia de merecimiento
se traduzca en abundancia y prosperidad, es actuar coherentemente,
sincronizar nuestros pensamientos, palabras, emociones y acciones.
Esto se logra fácilmente cuando al percibir la inspiración que brinda
nuestra intuición (fruto de nuestro recién adquirido más elevado nivel de
consciencia), procedemos a asimilarla tan pronto como podamos, para poder
expresarla de la manera más fiel posible, mediante acciones que beneficien a
todos.

A partir de ese momento, desde la conciencia de merecerlo todo, podrá elegir
que desea manifestar en su vida, sea prosperidad financiera, bienestar
emocional, o bienaventuranza. Y lo mejor es que no tendrá que elegir, podrá
tener tanto como crea que se merezca. Y recuerde, es su derecho de
nacimiento.

En adelante, al hacer lo que decida hacer, hágalo de corazón y con
convicción en sus nuevas creencias, los resultados tal vez le sorprendan

Graciela E. Prepelitchi
"Siete honrados servidores me enseñaron cuanto sé;
sus nombres son: cómo, cuándo, dónde, qué, quién, porque y para qué."
Rudyard Kipling

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