i usted fuera tan bueno enseñando a ser millonario, ya lo sería y no estaría aquí dando cursos...
¿Quién le ha dicho que no soy terriblemente rico?
¿...?
Lo soy, pero estoy aquí y no por dinero. ¿Está usted aquí a las once de la noche entrevistándome sólo por el sueldo que le pagan?
...
Es el gran secreto para hacerse millonario: no persiga el dinero, persiga una pasión. El dinero vendrá cuando sea el mejor en ella.
Por ejemplo...
Messi. No juega para ganar dinero, pero es el mejor jugando y gana mucho dinero. Por cierto, aquí sólo consideran legítimo el dinero que ganan los futbolistas. Siempre que vengo a España, me pregunto por qué tienen ustedes tanto miedo a hacerse ricos.
¿Miedo?
Sí, miedo. Les han infundido temor a la riqueza. A ver: ¿cuánto gana usted?
Me pone en un aprieto...
¿Lo ve? En América es un tema de conversación superficial, como aquí el fútbol: usted le explica su sueldo a cualquier vecino...
Aquí le verías verde de envidia o –peor todavía– muerto de risa.
Ustedes no hablan del dinero que ganan, porque les avergüenza el dinero, cuando debería ser algo natural, sin complejos.
Pero tenemos muchos tacaños.
Nadie se hace rico ahorrando, sino invirtiendo, arriesgando, dando. Además, quien es tacaño con el dinero, lo es con todo: con la amistad y el amor. ¡Huya de los rácanos!
El origen de toda fortuna es un crimen.
Falso: ninguna fortuna puede mantenerse sólo con medios ilegítimos.
Si quiere le doy una lista...
Tal vez haya corruptos, pero yo no trabajo para ellos. La inmensa mayoría de los millonarios que conozco se han esforzado muchísimo, pero ¿sabe por qué les inculcan aquí a ustedes miedo a hacerse millonarios?
La Iglesia hizo de la pobreza un ideal...
Yo le diré por qué: ¡porque es el modo de mantenerlos siempre sometidos!
...Inalcanzable para sus jerarquías.
Aquí sólo las familias ricas, la aristocracia y la Iglesia podían ser millonarios. Y hoy mentalmente esa barrera persiste. Si usted ha heredado, queda bien tener dinero, pero si usted sube desde abajo con talento y esfuerzo, entonces todos le tacharán de avaricioso...
¿No pasa en América?
Allí se nota que somos un pueblo joven que huimos de Europa precisamente para liberarnos de la nobleza, la Iglesia y los que mandaban y castigaban al que intentaba ser como ellos. Ustedes aún tienen el reflejo de sumisión y miedo a los que más tienen. Aún sufren un temor feudal a ser más que ellos.
No toda Europa es igual.
Cierto: en Holanda noto menos ese miedo.
Es el espíritu del protestantismo.
Pero lo importante es que para llegar a ser millonario, para empezar, debe quitarse de encima ese peso de la historia.
Querer ser millonario –entre usted y yo– aquí queda un poco hortera.
Los intelectuales europeos miran mal a los emprendedores, pero, en el fondo, sólo es porque ellos son los más sumisos al poder y envidian a quien no se somete. El mayor acto de libertad individual es atreverse a querer ser millonario. ¡Y proclamarlo!
El núcleo de la vulgata marxista es la noción de plusvalía...
Es la diferencia entre el valor que un empleado crea con su trabajo y lo que le pagan. Si genera un valor de 100 y le pagan 20, el empresario se queda una plusvalía de 80.
Celebro que lo sepa.
¿Y el estado? ¿No hace igual? Se apropia con impuestos del valor de mi trabajo –digamos 100– y me retorna servicios sociales que valen mucho menos... Digamos 20.
Pero los da a todos: redistribuye.
No se puede redistribuir si antes no se ha generado riqueza, y para generarla necesitan ustedes muchos españoles que quieran ser millonarios. Sin complejos.
Con un empleo para todos bastaría...
Sé que tienen un 20 por ciento de paro, pero en gran parte es porque hay demasiados españoles que temen ser millonarios. Reprográmense: ¿por qué le pagan a usted?
...
Por solucionar un problema: hacer una entrevista. Un empresario millonario es alguien que ha logrado solucionar los problemas de mucha gente a cambio de dinero, pero, además, ese empresario al mover su dinero ha redistribuido mucha más riqueza que el estado con todos sus impuestos...
Ojalá fuera tan sencillo...
Lo es. Lo que sucede es que para ser millonario, tiene que elegir serlo con orgullo y voluntariamente, del mismo modo que un niño decide ser pianista, porque si no lo escoge sin reservas, no será capaz de pagar el alto precio en dedicación y esfuerzo que exige llegar a serlo.
Es mejor conformarse que forrarse.
El que se conforma toda su vida y jamás hace más que lo imprescindible, también paga un precio en mediocridad y falta de autoestima. Y es un precio mucho más alto que el que paga el emprendedor.
¿No causa vértigo pensar que el dinero te separará de tus amigos y tus raíces?
Nada hace una vida más miserable que la búsqueda continua de la aprobación ajena. Cuanto más la buscas, menos te la dan, así que concéntrate en obtener tu propia aprobación y la ajena te sobrará.
Aprende a Sentirte Bien
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a)El primero corresponde a las emociones positivas como el disfrute, la
vida gozosa o la comodidad. Se trata de multiplicar las experiencias
placenteras qu...
Hace 6 años
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