sábado, 26 de junio de 2010

Malcolm Gladwell

De nuevo el ingenioso Malcom Gladwell (Inglaterra, 1963), escritor, periodista, crítico y agitador cultural, nos la ha vuelto a dar con queso: lo que en principio, a juzgar por su título, pudiera ser otro libro más de autoayuda o coaching empresarial no lo es en absoluto. O al menos, no en gran parte.

Fueras de serie (Outliers), Por qué unas personas tienen éxito y otras no, es un libro para comprender cómo funciona el mundo desde el punto de vista de la psicología, la sociología, la genética y hasta la memética. Y para ello, se basa en el análisis de un aspecto en el que muy pocos han ahondado sin tropezar en el lugar común: cómo se produce el éxito social, empresarial, deportivo o personal de un individuo.

La mayoría de opiniones sobre el origen del éxito a cualquier nivel (un buen puesto de trabajo, un libro superventas, un programa de ordenador que todo el mundo usa, una banda de música que llena estadios) suelen considerar el éxito como una conjunción misteriosa entre el esfuerzo personal, la perseverancia y la existencia de algún don que viene de nacimiento.

Aunque ya os había escrito acerca de estas falacias en otro artículo, no puedo evitar quitarme el sombrero ante la brillante exposición de Gladwell, mucho mejor articulada y documentada que la mía. Gladwell no sólo demuestra que la meritocracia es un timo o que la mayoría de personas de éxito no tenían ningún don especial. Lo más asombroso de la tesis de Gladwell es que el éxito (y no puedo estar más de acuerdo) es fruto, fundamentalmente, del azar.

Soy consciente de que esta clase de afirmación va en contra de la intuición, y también contra todo lo que creemos saber. Pero si le dais una oportunidad a Gladwell y dejáis que su texto deje poso en vuestras cabezas, acabaréis por darle la razón.
Para hacer más amena la lectura, Gladwell adorna la enumeración de experimentos de universidades norteamericanas con narraciones acerca de grandes triunfadores. Así, conoceremos por qué la mayoría de los grandes jugadores de hockey de EEUU nacieron en los meses de enero, febrero y marzo… y por eso fueron grandes jugadores (y ya os aviso que nada tiene que ver con la astrología sino con un error de las normas del hockey que da ventaja a esos jugadores).

O que bastan 10.000 horas de prácticas intensas para ser muy bueno en cualquier cosa (la excelencia no es un don sino pura transpiración). Y para ello nos explica la vida de Mozart. O de Bill Gates.

O por qué hay abogados de tanto éxito. O por qué hay tantos pilotos de aviones de líneas aéreas asiáticas que tienen accidentes, porque precisamente nacieron en la cultura asiática. O por qué el pasado de los Beatles explica en gran parte su éxito con la música.

En definitiva, lo que intenta Gladwell es convencernos de que las personas que tienen éxito no lo tienen por ellas mismas sino por el medio en el que se desarrollan. Una mezcla de ventajas ocultas, ocasiones extraordinarias y herencias culturales. Quizá cuando entendamos esto dejaremos de adular exageradamente al escritor, cantante o actor que gana premios o encandila las masas. Quizá así el mundo sea un poco más justo. Quizá (ya puestos a imaginar utopías) de este modo dejarán de existir los fans y las groupies.

En el Antiguo Testamento, José, extrañado por sus hermanos, que lo venden como esclavo, supera su circunstancia hasta convertirse en el brazo derecho del faraón gracias a su propia brillantez y perspicacia. En las famosas novelas decimonónicas de Horatio Alger, jóvenes nacidos en la pobreza ascienden a la riqueza mediante una combinación de valor e iniciativa. “Creo que en general es una desventaja”, dijo en cierta ocasión Jeb Bush de lo que había significado para su carrera empresarial el hecho de ser hijo de un presidente estadounidense, hermano de otro presidente estadounidense y nieto de un senador estadounidense y opulento banquero de Wall Street. Cuando concurrió a las elecciones para gobernador de Florida, se presentaba repetidamente como “un hombre hecho a sí mismo”; y da la medida de cuán profundamente asociamos el éxito con los esfuerzos del individuo, el que pocos pestañearan siquiera ante aquella descripción.
Editorial Taurus
Colección Pensamiento
256 páginas

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