sábado, 2 de abril de 2011

El Poder de SER: John Maxwell

Estas dos palabras unidas son las mas poderosas que podemos utilizar y ahora veremos de donde proviene su magia. Comenzaré citando un versículo de la Biblia (católica):

Éxodo 3: 13-15: Moisés contestó a Dios: “Si voy a los hijos de Israel y les digo que el Dios de sus padres me envía a ellos, si me preguntan: ¿Cuál es su nombre?, yo ¿Qué les voy a responder?”

Dios dijo a Moisés: “YO SOY EL QUE SOY.” “Así dirás al pueblo de Israel: YO-SOY me ha enviado a ustedes. Y también les dirás: YAVE, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado. Este será mi nombre para siempre, y con éste nombre me invocarán sus hijos y sus descendientes”.

Más claro no puede estar. Dios aclara que su nombre es YO SOY. (YAVE en hebreo significa a la vez: El es y El hace existir. Se relaciona con lo dicho por Dios: YO SOY).
También se nos ha enseñado que Dios está dentro de cada ser humano y que todos llevamos una porción de Dios en nuestro interior.
De manera que cada vez que pronunciamos “YO SOY…”, estamos nombrando a Dios y cuidado con lo que dirás después, porque seria como estar diciendo: “Dios en mi es…”.

Así que trata de no pronunciar jamás un adjetivo negativo hacia tu persona, porque estarás poniéndole esa calificación a Dios mismo.
Mas adelante en la Biblia, continua la aclaratoria; en los diez mandamientos, el tercero dice:

“No tomes en vano el nombre de Yavé, tu Dios, porque Yavé no dejará sin castigo a aquel que toma su nombre en vano”.

Nuevamente Dios nos dice que tengamos mucho cuidado con lo que decimos luego del “YO SOY”, Él no nos castigará si quebrantamos este mandamiento (o cualquier otro), pero si lo harán sus PRINCIPIOS UNIVERSALES. (Lo que pienses y digas en palabras lo manifestarás).

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