sábado, 26 de junio de 2010

LAS PERSONAS DIFÍCILES

1- LAS PERSONAS DIFÍCILES


Hay personas que tienen actitudes irracionales tan frecuentes, intensas y duraderas que podemos considerarlas como personas “difíciles”.

Cuando alguien mantiene actitudes muy molestas o perjudiciales para nosotros, una opción a considerar es alejarnos de su lado.

Pero muchas veces no nos será posible, no nos convendrá o no desearemos hacerlo; por ejemplo, si la persona “difícil” es nuestro jefe y no queremos renunciar a nuestro empleo.

A veces, puede resultar útil pedir un cambio de conducta a la persona cuyo comportamiento nos molesta o perjudica. Pero, en ocasiones, esa persona no estará dispuesta a escucharnos o complacernos, aunque tengamos razón.

Por eso, en esta sesión, veremos técnicas que pueden ayudarnos a afrontar la convivencia con estas personas “difíciles” sin dejar de ser asertivos y sin alterarnos más de lo conveniente.


2- TIPOS DE PERSONAS DIFÍCILES


A- Los irascibles

La ira excesiva o inadecuada es una alteración emocional bastante frecuente y muy contraproducente. Se puede manifestar de muchas maneras: desde dejar de hablar a los demás a mostrar conductas agresivas, como criticar de forma grosera, insultar o golpear los muebles. Tienden a enfadarse con demasiada frecuencia e intensidad y de expresar inadecuadamente su ira, tienden a magnificar cualquier fallo de los demás, quejarse continuamente, interpretar negativamente cualquier conducta neutra, tienen dificultad en considerar otros puntos de vista, y adoptan una postura defensiva y hostil cuando alguien les hace la más mínima observación sobre su comportamiento, reaccionando como si les hubiesen atacado.





B- Los pasivo agresivos

Mantienen una actitud hostil, pero encubierta. Se comportan de forma perjudicial para el que le rodea, como posponer tareas que son necesarias, “olvidar” sus obligaciones, potenciar los malentendidos y enfrentamientos entre los demás o realizar mal su trabajo; pero simulan que no se han dado cuenta o que lo hacen en contra de su voluntad. Suelen mostrarse malhumorados y huraños y son muy pocos asertivos.


C- Los que maltratan a los demás o disfrutan haciendo daño

Algunos son difíciles de reconocer porque se comportan como “lobos disfrazados de corderos”, mostrándose amables y bondadosos con los demás. Así encuentran a sus víctimas desprevenidas y pueden utilizar su poder de convicción sobre otras personas, para ponerlas en contra de aquellas a las que quiere hacer daño.


D- Los tramposos

Con frecuencia nuestros deseos y los de otras personas entran en conflicto de forma que, si uno consigue lo que desea implica que el otro se quede sin ello. En estas situaciones, tenemos dos caminos: 1) el asertivo, que intenta obtener lo que desea jugando limpio o, 2) el tramposo, que tiende a conseguir sus objetivos sin respetar a los demás, haciendo cualquier cosa para conseguirlos. Las personas tramposas piensan que el fin siempre justifica los medios y que lo importante es ganar, aunque en el intento pisoteen a otros.


E- Los críticos

Son personas que están pendientes de cualquier fallo o déficit que puedan encontrar en los demás, señalando lo que les parece mal, no sólo al interesado sino a cualquiera que se preste a oírles. Esa actitud hipercrítica la aplican a los demás pero no a sí mismos. “Ven la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el propio”.


F- Los comodones

Estas personas parecen dominadas por lo que se llama “hedonismo inmediato” o “baja tolerancia a la frustración”. Es decir, tienden a hacer siempre lo que les apetece en el momento, sin tener en cuenta los prejuicios que pueda acarrearles a los demás y a ellos mismos, a medio y a largo plazo.
Adoptan la posición de la máxima comodidad y no quieren reconocer que para conseguir determinados objetivos, no siempre podemos hacer lo que nos apetece en el momento.




G- Los que tienden a hacerse las víctimas

Son personas que perciben la realidad de forma distorsionada, culpando a otros de sus problemas, de sus comportamientos autodestructivos y de su infelicidad. Algunos se quejan de lo mucho que se sacrifican por los demás o de que han renunciado a cosas muy importantes para ayudarles. Otros creen, de forma poco realista, que son víctimas de quienes les rodea, de su pareja, de las injusticias sociales, etc. Hacerse la víctima puede ser una estrategia, más o menos consciente, para manipular a los demás intentando, en forma retorcida, que hagan lo que ellos quieren.


H- Los trastornos de la personalidad

Los casos más graves y crónicos de comportamiento irracional que dificultan la convivencia suelen coincidir con alguno de los llamados “trastornos de la personalidad”, que están considerados una psicopatología.



¿CÓMO RESPONDEMOS AL COMPORTAMIENTO IRRACIONAL DE OTRAS PERSONAS?



RESPUESTA AGRESIVA
RESPUESTA INHIBIDA
RESPUESTA ASERTIVA

Les atacamos rechazándoles globalmente como personas odiosas, pensando que “no deberían actuar así”, y que, “como actúan de esa forma, son unos indeseables”


Ponemos la otra mejilla, pensando “debo tener paciencia y evitar problemas mayores, que tendrían lugar si protesto o muestro mi rechazo a su conducta irracional”


Buscamos el momento oportuno para hablarlo y la forma más adecuada de impedir que nos sigan molestando.

Diferenciamos entre su comportamiento no deseable y la persona en sí, que es mucho más que una conducta.

Defendemos nuestros derechos, sin atacar al otro.





3- RESPUESTAS POSIBLES AL COMPORTAMIENTO IRRACIONAL DE OTRAS PERSONAS


RESPUESTA AGRESIVA: muchas veces, respondemos agresivamente a la conducta molesta de otra persona porque confundimos esa conducta rechazable con el rechazo global hacia ella. Pero, si reaccionamos de forma hostil, lo habitual es que su comportamiento irracional empeore. Cuando otra persona hace algo que nos molesta intensamente, solemos interpretarlo como un ataque. Por tanto, lo más frecuente es que se ponga en marcha, automáticamente, nuestra respuesta de lucha o huida, que nos llevará a alejarnos o a enfurecernos. Pero mostrarnos agresivos con una persona agresiva, molestar a quien nos molesta… no suele dar muy buen resultado ya que:
- Muchas veces el otro no se da cuenta de su comportamiento contraproducente y, si nos mostramos hostiles con él, creerá que somos nosotros los irracionales.
- Si actuamos de forma irracional, damos una mala imagen a otras personas.
- Si nos sentimos obligados a hacerle lo que nos hace, dejamos de ser fieles a nosotros mismos porque dejamos que sea él quien determina nuestro comportamiento.


RESPUESTA INHIBIDA: la inhibición ante el comportamiento irracional de otras personas puede tener varias formas: desde someternos a sus exigencias, hasta alejarnos para no afrontar el problema. La inhibición en este tipo de situaciones pede tener efectos muy negativos ya que:
- Nos impide afrontar eficazmente los problemas interpersonales.
- Obstaculiza la consecución de nuestros legítimos deseos y preferencias.
- Nos produce emociones negativas como ansiedad, ira, tristeza o baja autoestima.
- Facilita que otros se aprovechen de nuestra falta de asertividad, pisando nuestros derechos.
- También puede perjudicar al otro pues al permitirle que actúe sin respetar los derechos de los demás se habitúa a hacerlo así impunemente, por lo que esa conducta se mantiene y se refuerza.


RESPUESTA ASERTIVA: en algunas ocasiones es primordial la habilidad de responder constructivamente al comportamiento irracional de los demás. Ejemplo:

“Un día acompañé a un amigo al quiosco. Este saludó muy cortésmente al dueño del quiosco, que le respondió groseramente. Pero él sonrió amablemente y le deseó que pasase un buen día. Al alejarnos, le pregunté e mi amigo si el vendedor de periódicos era siempre tan desagradable y me contestó que sí, a pesar de que él siempre le hablaba amablemente. Entonces le pregunté que porque seguía comprándole el periódico y se mostraba tan amable con él si es tan antipático contigo. Mi amigo me contestó que le compraba la prensa porque le quedaba cerca de casa y le respondo amablemente porque no quiero que sea él quien decida cómo voy a actuar yo”.





4- EL PAPEL DE LOS PENSAMIENTOS

4.1- Creencias que nos llevan a reaccionar de forma contraproducente:

- Exigencias: mantener una actitud exigente ante el comportamiento irracional de otras personas consiste en creer que el otro “debería ser más razonable, amable, responsable”, ect., y creerlo de forma tan rígida que, cuando uno no actúa así, reaccionamos pensando y sintiendo que “es terrible”, “que no podemos soportarlo”, ect. Si crees que nos puedes soportar el comportamiento irracional de otras personas, cada vez que alguien responda de forma irracional responderás alterándote mucho más de lo conveniente.
- Catastrofismo: consiste en imaginar las peores consecuencias pensando, por ejemplo: “ Me matará a disgustos”. El catastrofismo incluye la tendencia a exagerar la probabilidad de que ocurra lo que temes y las consecuencias negativas que tendría si ocurriese, y a minimizar tu capacidad de manejar la situación de forma conveniente.
- Racionalización – minimización: es la tendencia a minimizar o negar tus problemas y tus legítimos deseos y preferencias. Es una actitud que nos impide ser asertivos, defender nuestros derechos y solucionar los problemas de forma eficaz, y se relaciona con la inhibición.


4.2- Creencias que favorecen la asertividad al afrontar comportamientos irracionales:

- Actitud de preferencia: consiste en trabajar para mejorar en lo posible el comportamiento de la persona que nos altera o perjudica y, sobre todo, nuestra habilidad para manejarlo. Carnegie considera que podemos aprender a permanecer con una actitud serena y positiva aunque las demás personas muestren actitudes muy irracionales, si tenemos presente que:

1- Todos mantenemos en ocasiones alguna actitud irracional.
2- Cuando otras personas se comportan de forma molesta, lo más fácil es enfadarse pero es más útil tratar de comprenderlas.
3- En gran parte, somos producto de nuestras circunstancias y si hubiésemos vivido las experiencias que vivió el otro y viésemos las cosas como las ve él, actuaríamos de forma similar.












5- TÉCNICAS PARA AFRONTAR COMPORTAMIENTOS IRRACIONALES


5.1- Detectar y cambiar pensamientos contraproducentes:

Si queremos que los comportamientos irracionales de otras personas no alteren demasiado nuestro estado de ánimo, tendremos que aprender a detectar y cambiar nuestros propios pensamientos contraproducentes acerca de ellos.

Así podremos aprender a “desconectar” a voluntad para que los demás no consigan alterarnos demasiado y para poder responder en la forma que más nos convenga.

Cuando las personas que nos rodean se comportan de forma molesta o irracional, la reacción más común es que no nos sintamos mal. Pese a ello, si decimos: “Fulano me hace sentir mal”, no es del todo cierto, ya que la otra persona puede tener un comportamiento negativo, pero somos nosotros los principales responsables de nuestro malestar, al pensar irracionalmente acerca del comportamiento indeseable del otro.

Cada vez que afrontemos el comportamiento irracional de otras personas, podemos observar lo que estamos pensando y elegir el pensar de la forma que más nos convenga.


5.2- Autoinstrucciones:

Las autoinstrucciones son frases que nos decimos a nosotros mismos para ayudarnos a pensar, sentir y actuar como deseamos. Son eficaces si contienen mensajes formulados de forma positiva, es decir, afirmaciones de aquello que quieras conseguir.
Por ejemplo, decirte a ti mismo que no debes estar ansioso, enfoca tu atención y energía en la ansiedad y, con frecuencia, hace que ésta aumente. Por el contrario, decirte que vas a estar tranquilo suele dar mejores resultados.

Ejercicio: listado de autoinstrucciones en situación determinada


5.3- Reforzar los comportamientos deseados y extinguir los negativos:

Se ha demostrado en numerosas investigaciones que los refuerzos positivos (elogios, atenciones, etc.) son mucho más eficaces para modificar el comportamiento que los castigos. Reforzar las conductas deseadas supone que cada vez que el otro se comporte en la forma deseada le ofrezcamos algún refuerzo o recompensa..




5.4- Técnica desarmante:

Consiste, principalmente, en hacer preguntas empáticas y mostrarnos de acuerdo en lo posible: en todo, en parte o en su derecho a ver las cosas como las ve. Se puede aplicar para afrontar varios tipos de comportamiento irracional, como los siguientes:

5.4.1- Manejar a personas irascibles:

1- Frenar la tendencia a enfadarte tu también.
2- Tratar de comprender su punto de vista pidiéndole detalles.
3- Mostrarte de acuerdo en loposible.
4- Cuando esté calmado explicar tu punto de vista, y si hay algún problema buscarle solución.


5.4.2- Manejar enfados silenciosos:

Conviene preguntarle empáticamente qué le ocurre y, si no responde, mostrarnos de acuerdo con su derecho a guardar silencio.

5.4.3- Manejar a personas obstinadas y discutidoras:

Para ayudar a este tipo de personas, podemos utilizar la técnica desarmante. Suele ser útil porque cuando percibimos que el otro no respeta nuestras opiniones, tendemos a ponernos a la defensiva. Pero si sentimos que la otra persona nos respeta, también tendemos a hacer lo mismo.

5.4.4- Manejar a personas que se quejan demasiado:

Este tipo de personas nos resulta muy molesto. Lo mejor es tratar de ayudarles a resolver problemas o hacer que vean las cosas de forma más positiva. Pero a veces no es posible, así que, puede ser útil también la técnica desarmante.



5.5- “Enfado” que desarma:

Se utiliza cuando nuestro interlocutor se muestra verbalmente agresivo con nosotros. Consiste en manifestarle que sólo hablaremos con él cuando se calme (o nos calmemos).


5.6- Tiempo fuera:

Se utiliza cuando el interlocutor (o uno mismo) está muy alterado y se quiere aplazar la conversación hasta que desaparezca o se reduzca esa alteración emocional. Consiste en decirle al otro, con tono de voz sereno y firme, de hablar en otro momento e irte a otro lugar , hasta que se pase su enfado (o el tuyo) y podáis hablar tranquilamente.


5.7- Refugio:

Se utiliza también en circunstancias en las que estamos empezando a alterarnos (por ejemplo ante comportamiento verbales agresivos). Sustituye al “tiempo fuera” cuando no alejarnos de la situación. Consiste en limitarnos a no responder o responder lo indispensable, mientras nos centramos en practicar técnicas de autocontrol emocional como: relajación, respiración diafragmática y autoinstrucciones.


5.8- Esquivar mensajes hostiles centrándonos en los sentimientos:

Cuando el otro te trata de forma agresiva, puede ser útil mostrarte empático con sus sentimientos. Por ejemplo “Parece que estas enfadado, ¿Puedes decirme si te he molestado en algo?. Así se cambia el foco de atención, desviándolo del contenido del mensaje del otro y centrándolo en la forma en que lo expresa y cuáles son los motivos por los que actúa de forma agresiva.


5.9- Si has molestado al otro, pedirle disculpas:

Si creemos que la otra persona está enfadada, distante, etc, porque, voluntaria o involuntariamente hemos actuado de forma molesta o perjudicial para ella, lo más asertivo y adecuado será pedirle disculpas y, cuando sea oportuno, cambiar nuestro comportamiento.


5.10- Separar los temas que crean confusión:

A veces, cuando nuestro interlocutor intenta defender su actitud irracional o manipuladora entremezclando cuestiones que no vienen a cuento y que pueden confundirnos, es útil decirle que preferimos no mezclar las cosas.



5.11- Manejar personas envidiosas quitando importancia a nuestros logros:

Se aconseja que seamos modestos y quitemos importancia a nuestros logros porque, mientras los demás se vean superiores se sentirán importantes;, pero cuando perciban que les superamos en algo, pueden sentirse inferiors y eso puede activar en ellos las emociones negativas de la envidia y los celos.
Recordad una frase de Lao-Tsé que dice: “Los ríos y los mares reciben el agua de los torrentes de las montañas porque se mantienen por debajo de ellas”.


5.12- Defenderte con firmeza cuando sea necesario:


Ser asertivo significa también que sepamos defendernos con firmeza de personas que pueden hacernos daño. Esto puede implicar desde alejarnos de ellas o ponerles límites hasta exigir que respeten nuestros derechos.


5.13- Manejar asertivamente nuestra agresividad:


Controlar nuestra propia agresividad, nos ayudará también a aprender a manejar asertivamente el comportamiento irracional de otras personas. Entre otras cosas porque, cuando nos acostumbremos a percibir nuestras actitudes irracionales y a considerarlas como algo normal, nos resultará más fácil valorar del mismo modo las actitudes contraproducentes de los demás.

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