lunes, 7 de junio de 2010

"Sexo Curativo", Dr. Paul Pearsall, Director de Medicina Conductual en el Hospital de Beaumont en Detroit

La vida sin amor es como un coco al que se le ha secado la leche". Henry David Thoreau. "El buen sexo...mejora nuestra salud e incluso contribuye a nuestra longevidad". Pruebas científicas están confirmando algo que mucho de nosotros sospechábamos desde siempre: el buen sexo no sólo añade a nuestras vidas una gran diversión, sino que de hecho mejora nuestra salud e incluso contribuye a nuestra longevidad. En un nuevo libro llamado "Sexo Curativo", Dr. Paul Pearsall, Director de Medicina Conductual en el Hospital de Beaumont en Detroit, escribe que las alegrías y placeres de vivir la vida, y de amar, nos puede proveer con algo llamado "inoculación de la intimidad" que realmente nos protege de enfermar. El Dr. Pearsall, quien cita numerosos otros investigadores, concluye diciendo: "Cada vez más, un mayor número de físicos ahora reconocen que la salud del corazón humano depende no sólo de factores genéticos, dieta y ejercicio, también dependen en gran parte, a la salud social y emocional del individuo." Sexo Curativo, consiguió, primero a través del reto diario mantener una cercana e íntima relación con la que, una vez logrado, inclinó la balanza entre nuestra salud y los sistemas de curación. ¿Puede la falta de intimidad sexual crear un factor de riesgo para determinadas enfermedades? Dr. Pearsall cita la investigación y su propia experiencia indicando que la insatisfacción sexual parece ser comúnmente previa a un ataque al corazón en un alto porcentaje de personas. Por el contrario, la satisfacción sexual aparece relacionada con la reducción de severos dolores de cabeza y migrañas, leves y moderados síntomas relacionados con el síndrome premenstrual de las mujeres, y una reducción en síntomas relativos a artritis crónicas de ambos sexos. Aunque el mecanismo biológico exacto no ha sido aún identificado, muchos investigadores están investigando (valga la redundancia) sobre nuestros pensamientos, sentimientos, cerebro, sistema inmunológico y sistema interactivo sexual/genético, influencia de cada una que afecta a nuestra salud. Debe de haber un conducto biológico hacia el acercamiento, intimidad y éste estar conectado a otros seres humanos. Cuando experimentamos la intimidad, el cariño de la mutua intimidad sexual, podemos experimentar un cambio significativo neurológicamente y en nuestras hormonas que manan a través de nuestro cuerpo y ayudan a estimular la salud y el cuidado de ella. "Las hormonas que fluyen por nuestro cuerpo ayudan a estimular nuestra salud y a cuidarla". ¿Significa esto que para vivir más o estar más sano solamente necesitamos hacerlo más y mejor? ¡Por supuesto que no! El sexo es un concepto mucho mayor que lo conectado genitalmente o tener un orgasmo. La psicóloga, y autora Gina Ogden, Ph. D. menciona en su libro "Mujeres a las que les gusta el sexo", que el sexo tiene todo por hacer con sinceridad, conexión y creación de lazos afectivos con una pareja, sentimientos sobre qué nos está pasando, y recuerdos. Para aquellos que les gusta, el sexo impregna sus vidas y no es simplemente algo específico, un momento intenso, la actividad física toma lugar bajo las mantas, tan pronto como pueden. Como resultado de entrevistar a muchas mujeres, la Dra. Ogden aprendió que el deseo sexual, o lujuria, era producido por mucho más que por estimulación física. Para las mujeres, de acuerdo con la Dra. Ogden, hay mucho más por hacer con los sentimientos de conexión en sus relaciones. "De corazón a corazón, de alma a alma, incluso de mente a mente"."Para las mujeres, tiene que ver con la conexión de sentimientos en sus relaciones". Cuando se discute sobre la conexión sexual las entrevistadas por la Dra. Ogden hablaron de un continuo fluido de placer, orgasmo y éxtasis, más que de una única experiencia. Ellas también describen las máximas experiencias sexuales alcanzadas desde la estimulación sobre todo su cuerpo, no sólo desde los genitales, incluyendo dedos de las manos, dedos de los pies, caderas, labios, cuello, y lóbulos de la oreja. Obviamente, la excitación y la evolución de la satisfacción no proviene sólo de recibir energía sexual sino también del disfrute de estimular un compañero. Por la tanto, el sexo, es un compromiso de dar y tomar. Por último, las mujeres a las que la Doctora Ogden estudió tenían sus propios conceptos sobre sexo seguro, esencial para experimentar el placer sexual y el éxtasis. Este tipo de sexo seguro no está relacionado con prevenir Enfermedades de Transmisión Sexual o el embarazo; se refiere, en su lugar, a una seguridad emocional y espiritual. Tal seguridad es crucial para el acercamiento sexual. La mayoría de las mujeres insistieron en que el calor, las conexiones amorosas con ellas mismas y con sus parejas eran esenciales e inseparables desde lo que es la experiencia del éxtasis sexual. Cuando la gente se siente profundamente unida, simplemente mientras se cogen las manos, están teniendo sexo. Cuando la gente da muestras de cariño hacia el otro a través de abrazos, caricias o besos, también ellos están teniendo sexo.

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